No es
novedad que el Coronel Hugo Chávez se constituyó en un referente de varios
caciques latinoamericanos, entre estos, sin duda, Rafael Correa, basta recordar,
como, imitando a Chávez, consiguió, imponer la Constitución de Montecristi, redactada
a su gusto y antojo. Pues sí, a pesar de que Chávez intenta conducir a
Venezuela al Socialismo, a diferencia de Rafael Correa que ha consolidado un
sistema fascista en el Ecuador, existen algunas similitudes entre los gobiernos
de Chávez y Correa, aunque no tantas como las que el Gobierno de Correa tuvo y
tiene con los gobiernos peronistas, ora de Néstor Kirchner, ora de Cristina Fernández
de Kirchner. Pero, analicemos algunas similitudes entre los Gobiernos fascistas
de los Kirchner y la administración del “socialista bolivariano” Rafael Correa.
En primer
lugar tanto Kirchnerismo argentino como Correísmo ecuatoriano son dos
tendencias políticas fascistas. El Kirchnerismo se ha autodefinido como Peronista,
que es una corriente fundamentalmente fascista, recordemos si no el
corporativismo estatal y dirección de la economía a través de planificación
centralizada de los gobiernos de Perón, además no hay que olvidar las simpatías
que Juan Domingo Perón tenía con la causa del nacionalsocialismo de Adolfo
Hitler, y como recibió la protección y apoyo del fascista español Francisco
Franco; ahora bien, el Socialismo bolivariano versión Ecuador, liderada por
Rafael Correa muestra rasgos fascistas evidentes como: fortalecimiento de la
burocracia pública, discurso nacionalista, incremento de gasto público para
fomentar consumo, culto a la personalidad del todopoderoso caudillo, promoción
de derechos de asociaciones o gremios en contraste con la reducción de
garantías individuales, etc. Es decir, son dos gobiernos claramente fascistas.
Otra similitud pasa por el lenguaje agresivo e irresponsable que el cacique fascista usa para enardecer los ánimos de los grupos sociales que lo apoyan y encubren. Por ejemplo, hace unos años, se dieron en la universidad donde Rafael Correa cursó sus estudios superiores, la “Católica Santiago de Guayaquil”, ciertos incidentes bochornosos y patéticos. Mientras Correa se encontraba con sus simpatizantes en un salón de reuniones, en las afueras, un grupo de estudiantes “anticorreanos”, protestaba por su presencia y le decía de todo, ante este hecho Correa, dirigió una suerte de sugerencia en extremo polémica, muy similar a una insinuación belicosa que Néstor Kirchner hiciera a sus gregarios durante algún mitin peronista. Chequeemos.
Otra similitud pasa por el lenguaje agresivo e irresponsable que el cacique fascista usa para enardecer los ánimos de los grupos sociales que lo apoyan y encubren. Por ejemplo, hace unos años, se dieron en la universidad donde Rafael Correa cursó sus estudios superiores, la “Católica Santiago de Guayaquil”, ciertos incidentes bochornosos y patéticos. Mientras Correa se encontraba con sus simpatizantes en un salón de reuniones, en las afueras, un grupo de estudiantes “anticorreanos”, protestaba por su presencia y le decía de todo, ante este hecho Correa, dirigió una suerte de sugerencia en extremo polémica, muy similar a una insinuación belicosa que Néstor Kirchner hiciera a sus gregarios durante algún mitin peronista. Chequeemos.
Incluso la furibunda defensa que Rafael Correa
hace cada vez que puede de la minería a gran escala, así como la demonización que
vocifera en contra de quienes se oponen a esa industria contaminante y monopólica
guardan mucha analogía con la defensa irrestricta de Cristina Kirchner a favor
de las transnacionales mineras que actualmente operan en la Argentina
Kirchneriana, declaraciones en las que tampoco faltan las descalificaciones que
reciben los argentinos que protestan por los abusos codiciosos, belicosos y
contaminantes de las corporaciones mineras.
No cabe duda
que no se trata de una mera coincidencia. Daría la impresión que la espada del
mantuano Bolívar habría llegado incluso a tocar las tierras australes
argentinas, desmitificando el tan promocionado “ultranacionalismo argentino”;
pero no es así, solo se trata de, ora folclorismo, ora estratagemas propias de
políticos profesionales. Sin embargo, me atrevo a plantear la hipótesis de que
Bolívar y San Martín eran, respecto de sus intereses y prioridades, dos
personas diferentes; pues, resulta patente que la figura de San Martín no ha
sido mitificada interesadamente, como en el caso de Bolívar. Si consideramos como
ciertas las opiniones que Karl Marx tenía de Simón Bolívar, podríamos concluir
que, si pudiésemos preguntarle a Bolívar su opinión sobre el socialismo
bolivariano estilo Correa y el fascismo estilo Néstor o Cristina Kirchner,
éste, sin duda que los bendeciría. Mas, pregunto: ¿qué diría San Martín, acerca
del kirchnerismo?, ¿estaría de acuerdo con el peronismo fascista? En fin, que cada quien saque sus propias
conclusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario