El día de
ayer, domingo, 17 de febrero del 2013, se desarrollaron en Ecuador, las
elecciones para presidente, vicepresidente, y asambleístas. Como ustedes
probablemente ya lo saben, y si no, entérense, el progre bolivariano Rafael
Correa derrotó contundentemente a los candidatos de la arcaica partidocracia
conservadora, y al populismo socialista e indigenista.
En otro
comentario les mencionaba que la posibilidad de que Correa arrasase en las
elecciones era en extremo alta. De acuerdo con el conteo rápido de datos, y el
escrutinio del Consejo Electoral, la tendencia mostraría a Correa con un 56% de
los llamados votos válidos. Pero, a pesar de que los resultados, aún
extraoficiales, no son realmente sorpresivos, no deja de llamar la atención el fracaso,
tanto del conservadurismo representado por los candidatos Guillermo Lasso (23%),
Lucio Gutiérrez (7%) y Álvaro Noboa (4%), cuyas votaciones sumadas alcanzarían
el 34%; pero en especial, la derrota catastrófica, tanto de la llamada
“Coalición de las Izquierdas” encabezadas por Alberto Acosta (3%), como del
populismo del Partido Roldosista (2%), que consolidados apenas llegarían al 5%.
Quizá la relativa sorpresa la haya dado Mauricio Rodas con un poco más del 4%,
considerando sus circunstancias limitantes.
Ahora
toquemos un asunto que es importantísimo, la nueva disposición de fuerzas en la
Asamblea Nacional. Resultaba fundamental que Rafael Correa y sus corifeos
bolivarianos pierdan el poderoso influjo que tenían en la Asamblea. Pero, dados
los resultados, muy similares a los obtenidos por Correa como candidato
presidencial, la posición del Fascismo Bolivariano se ha fortalecido
radicalmente, tal es así que de un total de 137 asambleístas que conforman la
Asamblea Ecuatoriana, Alianza País, el partido de gobierno, tendría
aproximadamente entre el 54 y 60 %, es decir, alrededor de 85 asambleístas, con
lo cual tendrá mayoría absoluta; si a eso añadimos, los votos de sus aliados y
las potenciales deserciones que seguramente se darán, sobre todo en los
partidos de Álvaro Noboa y Lucio Gutiérrez, pues, resulta obvio que Correa y su
círculo cerrado de colaboradores
impondrán en la Asamblea, sus apreciaciones parciales, al tiempo que
bloquearán cualquier intento serio de fiscalización a la gestión del Gobierno
de la Involución Ciudadana.
No recuerdo
exactamente pero deben ser como 5 o 6 elecciones que Rafael Correa y los progres
bolivarianos ganan contundentemente, en los últimos 6 años. Pero, ¿a quién le
ganan? Pues a los candidatos de la vieja Partidocracia. Para decirlo de otra
manera, el gran negocio de Rafael Correa radica en competir con politicastros rancios
que tengan un historial ignominioso, o con personajes de moral abyecta que han
colaborado con gobiernos descaradamente inmorales.
En alguna
oportunidad, hace un par de años, le comentaba a un amigo que, a Correa y a su
fascismo bolivariano se lo podía derrotar con dos herramientas: la verdad y
calidad moral. El éxito de Correa, en gran medida, ha radicado en enfrentarse a
personajes mediocres, engañosos, distinguidamente mentirosos y moralmente
descalificados. Pero, ¿qué pasaría si Rafael Correa y sus corifeos tuvieran que
competir con hombres inteligentes, honestos, y sin antecedentes patrioteros o
politiqueros? Las cosas serían diferentes. No digo que sería fácil. Correa ha
conseguido crear una estructura política a nivel nacional, tanta publicidad
patriotera y antiimperialista consiguió lavar el cerebro de muchos incautos que
lo idolatran ciegamente, pero, sobre todo, tiene el control de la gran mayoría
de instituciones públicas, es decir un poder prácticamente comparable solo con
el de un dictador tercermundista. Ahora bien, la pregunta clave es, ¿existen en
el Ecuador, la suficiente cantidad de personas inteligentes y honestas que
estén dispuestos a hacer Política para destronar a los progres de la nueva partidocracia
y a los curuchupas de la vieja partidocracia? En principio suena como algo
imposible. Quizá, aquel, sea el gran dilema que deberíamos plantearnos, no por
nada, dicen por ahí que: “los pueblos tienen los gobiernos y gobernantes que se
merecen”.
Hola Pablo, lo felicito por el trabajo de análisis político que realiza. Lo he encontrado interesante en algunos puntos y pobre en muchos otros; principalmente porque no tiene ni congruencia ni lógica ciertas ideas suyas. Por ejemplo: Primero afirma que correa es muy difícil que gane en primera vuelta y que en segunda es más difícil todavía, sin embargo, luego afirma que había "una crónica de reelección anunciada", esto por citar un ejemplo. Más allá de esta crítica lo felicito y espero que siga adelante con su esfuerzo, tratando un poco más de reforzar el fondo y concentrándose menos en en usar palabras que suenen intelectuales.
ResponderEliminarBob360; le explico; lo que usted llama "incongruencia y carencia de lógica". Personalmente creo que existen razones más que suficientes para que Rafael Correa no tenga los niveles de aceptación que increíblemente tiene. He mencionado muchas razones por las cuales el ecuatoriano común no debió votar por Correa, - con lo cual no quiero decir que debió votar por los otros candidatos, la opción adecuada me parece, fue el voto nulo -. Son esos argumentos, los que utilicé para plantear una serie de posibilidades, porque lo que hago es plantear una serie de supuesto sobre la base de que el ecuatoriano común y corriente consideraría los escándalos de corrupción del gobierno de Correa y rechazaría su candidatura.
ResponderEliminarPero, ese supuesto chocó con la realidad paupérrima de una serie de candidatos, unos peores que otros, que volvieron, mucho fácil el triunfo de Correa y su tendencia fascista; amén de estratagemas politicastras, factores históricos y campañas manipuladoras que me he cansado de señalar, todo ese conglomerado apuntaba a que Correa ganaría las elecciones.
Le aclaro que Yo no pretendo imponer nada, ni obligar a otros a que crean en mí, simplemente soy, y digo lo que píenso. En cuanto a mi estilo; la forma en que exprese mis ideas es un asunto que solo me incumbe a mí. Respeto su derecho a opinar, pero me parece notar cierta carga emocional en favor de Correa, lo cual no está mal, en tanto no pretenda polemizar conmigo, buscándole la quinta pata al gato.
Saludos, y gracias por el comentario.