jueves, 31 de enero de 2013

¿Epílogo?




Que las opiniones impresas en este blog y narradas en las diferentes herramientas virtuales de las que se valió su titular, sirvan como un archivo histórico, de un momento, de una realidad, de un concurso de circunstancias, de un sofisma, de una o varias hipótesis. La percepción de un individuo motivada por el deseo de ser, en un mundo que es la esencia de la nada. La inocente esperanza ante la búsqueda por trascender las falsas ilusiones impuestas por los creadores del sistema y sus descendientes más populares y avezados. Internet es la nada detrás de la nada. La cruda y descarnada verdad del ser humano; la desnudez de sus mentiras sicalípticas. La notoria decadencia de la humanidad. Lo miserable más allá de la miseria. Lo mustio en su languidez. La laxitud de la únicamente humana amoralidad. La manifestación desvergonzada de los temores del hombre mediocre que se esconde detrás de sus apodos y claves para vociferar sus miedos más recónditos. Internet no existe, solo es un tecnológico imaginario, un espejismo virtual con el que se manipula a los rebaños de bestias y a los enjambres de insectos. La verdad está, allá, afuera, en el mundo real, en el mundo del hombre, en sus magníficas creaciones, pero también en sus demenciales genocidios. Internet en su generalidad es y será por siempre un gigantesco e inmundo lupanar con careta de enorme biblioteca de información, donde el 99.999% de la misma, es básicamente basura, un inmenso basurero de sórdidas pasiones  e intereses abyectos, codiciosamente comercializados; con una excepción, un  0.001%, de supuestos discutibles e inocentes desvaríos, que quizá merezcan ser considerados y analizados, si así, finalmente lo decidimos. Panacea, para nada, solo un invento tosco y turbio más del ser humano en su intento por vanagloriase de su cuestionable intelecto. Porque, después de todo, como alguien dijo alguna vez: vanidad de vanidades, todo es vanidad.

domingo, 27 de enero de 2013

El lenguaje "patriótico" de los seguidores del "Socialismo del siglo 21".



No sé si se abran o no dado cuenta, pero, desde unos días atrás, decidí quitar la opción comentarios de mi  canal en Youtube. Verán, Yo creo en la Libertad de expresión; pero considero que una cosa es respetar el derecho de las personas a expresar una opinión libre, y otra cosa muy diferente, es permitir que algún baladrón vocifere groserías, bascosidades e injurias impunemente.

Hasta hace días, Yo, era del criterio que: era preferible tolerar las injurias intrascendentes de un vulgar bribón antes que limitar en un miligramo la Libertad de Expresión. Hoy, considero que ni se debe limitar la Libertad de Expresión; y tampoco; tolerar la verborrea abyecta del infame injuriador.

Hace unas semanas escribí un post en el blog, y subí un video al canal que titulaba: “Insultos,foros, censura y Correa”. En ese comentario señalaba la hipocresía de Rafael Correa cuando se quejaba y gemía por los insultos que recibía en algunos foros de internet, pero como, mojigatamente, justificaba con su silencio las groserías, infamias, injurias, amenazas y bravuconadas que sus fieles aduladores bufaban en varias comunidades y foros de internet contra todos quienes criticaban, ora al Gobierno de la Involución Ciudadana, ora al locuaz líder del fascismo bolivariano capítulo Ecuador, ora a sus serviles corifeos.

Desde años atrás me había dado cuenta que los foros y las comunidades de internet, en términos de libertad de expresión, son una farsa, de ahí que haya renunciado a intervenir en twitter por ejemplo. Sin embargo, en virtud de la sentencia “es preferible tolerar las bribonerías de un necio antes que censurar al sensato”, decidí dejar abierta la opción comentarios del canal en Youtube: “El Oráculo de Pablo Daniel”.

De esa manera por el lapso de casi un año escribí en mi blog y subí videos al canal, absteniéndome de revisar las intervenciones de quienes usaban la opción “comentar” de Youtube. Mas, hace una semana mientras digitaba el nombre de mi blog, en la lista de direcciones vinculadas, apareció una opción en la que sobresalía escandalosamente un montón de groserías propias de gente nacida en los estratos más ruines de una sociedad decadente. Sorprendido, di clic a la opción y apareció la lista completa de “comentarios” dirigidos a uno de mis videos. Por un efímero momento me quedé apenas absorto por la cantidad de verborrea infamante, calumniosa y obscena, con la que una pandilla de miserables morbosos habían ensuciado aquella opción; aunque casi de inmediato recordé la vil condición humana del mediocre. Entonces empecé a revisar cada video y constaté que los insultos se limitaban a los videos en los que se criticaba los abusos de poder del Gobierno de Rafael Correa; exclusivamente aquellos que guardaban relación con las críticas al Fascismo Bolivariano del siglo 21. Increíblemente, de alrededor de 400 o 500 comentarios, apenas 4 o 5 estaban redactados en términos propios de personas honradas y civilizadas; lo demás, no pasaba de verborreas ignominiosas, deyecciones calenturientas e incontinencias verbales unas más sórdidas que otras; que, en no pocos casos, contenían la firma final: ¡Viva Correa!

Francamente constatar la calidad del ecuatoriano mediocre da vergüenza ajena. Espeluzna hasta cierto punto la idiosincrasia odiosa de ciertos segmentos sociales. Ante tanta bestialidad uno tiene derecho a preguntar: ¿Qué sucede con la familia ecuatoriana? ¿Qué se enseña en escuelas, colegios y universidades, públicos y privados, laicos y religiosos? ¿De dónde salieron estos angelitos que despotrican “amor al prójimo”? ¡Y pensar que estos son el futuro de la Patria! Si es así, pobre País, pobre Nación, pobre Ecuador.
     
Hay un adagio que dice: “La sinrazón de la razón es la violencia”. Cuando se vive en una sociedad en la que los comentarios y opiniones de una persona basados en pruebas, verdades o apreciaciones veraces de la realidad, son respondidos con ofensas, injurias y groserías por recuas de salvajes cuya única consigna es defender incondicionalmente al temible tiranuelo de turno en el poder, fácilmente se puede concluir que algo no funciona bien en esa sociedad. Cuando una persona recurre a la bestialidad amoral ante su incapacidad de argumentar una idea razonable, pues estamos frente a un personaje estólido, alienado y amargado. El asunto es en verdad muy simple y no admite complejidades. Si estoy equivocado en mis opiniones y comentarios, entonces, que se lo diga, que se exprese civilizada y razonadamente en qué estoy equivocado y cuál es la verdad. Pero, si tengo la razón, entonces, ¿por qué el insulto y la grosería?

Sinceramente, me importan un comino las babosadas de un grupillo de patanes, pero no por aquello voy a permitir que  aquellos remedos de seres humanos utilicen mi propio canal para injuriarme impunemente. ¡No en mi canal! Al cerrar la opción comentarios no estoy censurando a nadie, más bien estoy ejerciendo un derecho, por un lado rechazar las expresiones nauseabundas y malintencionadas de gentezuela asalariada, por otro, crear un ambiente agradable, y además, proteger a las personas civilizadas que frecuenten mi canal. Debo recordar que a través de mi blog y mi canal ejerzo mi derecho a expresar mis opiniones libremente. Cualquier persona puede abrir gratuitamente un blog o un canal en alguna comunidad de videos, desde donde dejar expresa su opinión sobre el tema que le venga en gana. Los viles injuriadores y aduladores del Gobierno de la Involución Ciudadana pueden recurrir a los múltiples foros de los medios oficialistas desde donde podrán descargar todo su odio y venganza contra tirios y troyanos, contra herejes y curuchupas.

Al repudiar los afectos trastornados y enfermizos de los progres del fascismo bolivariano, negándoles concluyentemente la posibilidad de ofender, lo que se consigue es rechazar las campañas malintencionadas de gente sin escrúpulos, azuzadas por el maquiavelismo demencial de un grupo de personajes desquiciados, embrutecidos por sus ansias del poder público.

Quiera el buen Hado que las circunstancias y condiciones ignominiosas que maculan y degeneran a parte de la sociedad ecuatoriana finalmente cedan y den paso a un futuro de sensatez y sabiduría donde prime el respeto, la tolerancia, la prosperidad y la justicia.

sábado, 5 de enero de 2013

La "meritocracia" en el Ecuador del fascismo del siglo 21.



Una de las características más sórdidas, ridículas y pomposas del Gobierno de la Involución Ciudadana de Rafael Correa es, sin dudas, la utilización recurrente que los fascistas bolivarianos hacen de ciertas expresiones demagógicas, amaneradas, rebuscadas, patrioteras y rimbombantes con los cuales los corifeos y gamonales del fascismo del siglo 21 pretenden hacerse pasar por honestos e intelectuales; así por ejemplo, expresiones y frases como, “imaginario colectivo”, “revolución ciudadana”, “insumos jurídicos”, “el País ya es de todos”, “nunca olvidar”, etc., se han constituido en marca patentada de la mafia de Alianza País. En medio de estos clichés demagógicos aparece una palabra, que, por las connotaciones corrompidas y realidades funestas que se han desarrollado en torno a la misma, ocupa un sitial ciertamente deshonroso; esa expresión es “meritocracia”.

En el Gobierno de Rafael Correa con bombos y platillos fascistas se inauguró la “meritocracia” versión Alianza País, que no es sino una engañosa  reinvención del agua tibia; una forma tramposa, mentirosa, y beata de redefinir al sucio, asqueroso y corrupto tráfico de influencias politicastro. A través del fascista Consejo de Participación Ciudadano y Control Social, ente creado por la Constitución de Montecristi encargado de seleccionar a los principales funcionarios de algunos de los entes funcionales más importantes del Estado, se  consiguió crear una estructura burocrática totalitaria que actualmente le sirve al Gobierno de Correa para imponer a sus corifeos, sátrapas y cortesanos en aquellas instituciones públicas.

Con el cuento demagógico de que se iba a escoger a los mejores ecuatorianos, los sátrapas de Correa enquistados en el fascista Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, redactaron una serie de requisitos tramposos, ambiguos y taimados, a los que tacharon de  “méritos”, entre los cuales sobresalían descaradamente las denominadas “discriminaciones positivas”, por cierto otra expresión vernácula de la mafia de Alianza País.

Con la imposición de reglamentaciones arteras, falaces, turbias y sectarias, los fascistas bolivarianos, consolidaron la “meritocracia correana” y designaron para los diferentes cargos públicos a  personajes vinculados directamente con el  Gobierno de la Involución Ciudadana.

En medio de repugnantes discriminaciones positivas, engañosa experiencia en la inepta y corrupta burocracia pública, dilatada carrera burocrática gracias al vil tráfico de influencias politiqueras, supuesta experiencia académica en un sistema educativo mediocre y totalitario, y un sistema de valoración y selección descaradamente abyecto, se destrozaron garantías individuales, se violaron derechos humanos y se consolidó un sistema ruin, rapaz y absolutista.

Los seudo intelectuales del gobierno de la Involución Ciudadana, burócratas del nuevo orden, nos dicen que para ocupar determinados cargos públicos es menester tener título de cuarto nivel, y Yo les digo que en el Ecuador del siglo 21, obtener el título de cuarto nivel, es un asunto de comercio. En el Ecuador del fascismo del siglo 21 el título de cuarto nivel se compra y se vende, todo es cuestión de negociar. De ahí que no debería sorprendernos observar a verdaderos imbéciles ostentando el título de Ph.D., o especialistas en “todo y algo más”.

Lo grosero e inmoral es que, mientras al ecuatoriano común,  se le exige requisitos disparatados, a los serviles y alcahuetes del fascismo bolivariano se les exime de dichos requisitos, e incluso se les encubre sus falencias con tal de que tales personajes puedan desempeñar elevados cargos públicos, ahí tenemos por ejemplo el caso del falsificador Pedro Delgado, falsamente etiquetado de economista, ex gerente del Banco Central durante el Gobierno de la Involución Ciudadana; ah y por cierto, primo del camarada Rafael Camarada dizque impoluto líder del socialismo del siglo 21.

Días atrás en un medio de comunicación un asambleísta de la oposición denunció el caso de los títulos profesionales de los hermanos Alvarado, miembros del círculo cerrado del Gobierno de Alianza País. Hecho esclarecedor de la condición moral de aquellos personajes. (Ver video). Hay un adagio popular que dice, “mientras más curuchupas más pecadores”, este aforismo parece calzarle perfectamente a muchos de los corifeos del Gobierno de Rafael Correa. Mientras, con su “meritocracia correana” santurrona y corrupta, limitan, restringen, cohíben, impiden y obstaculizan de manera que las personas honradas no puedan participar en la vida pública, en cambio, cuando de dejar hacer y dejar pasar sus venialidades ridículas y groseras inmoralidades son extremadamente gentiles y livianos. ¡Qué irónico, eh, los falsificadores y comercializadores de títulos universitarios exigiendo a los demás títulos de cuarto nivel!

En alguna ocasión se me cruzó por la mente la posibilidad de presentarme a uno de los concursos organizados por la burocracia del Consejo de Control Social, pero enseguida desistí de la opción, por obvias razones, es decir, participar en un concurso donde todo, absolutamente todo está amañado, simplemente, no tiene sentido. A ver, en mi caso, la realidad es muy descriptiva, Yo tengo, mi título universitario, mi título profesional, que me costó 17 años en escuela, colegio y universidad, públicos (no privados ni religiosos como en el caso del fascista lasallano y alfarista); tengo mi cédula de ciudadanía ecuatoriana, nativo ibarreño; tengo mi modesta experiencia en al ámbito de la microempresa privada; y tengo la opinión favorable de un pequeño pero respetable grupo de personas que me conocen; esa hoja de vida profesional, mi currículum, que en una utópica sociedad racional y decente, o en un sistema político sensato, me permitiría acceder a un cargo público sin mayores complicaciones; pero, en el Ecuador del fascismo bolivariano del siglo 21, esa posibilidad, se vuelve imposible, gracias a la “meritocracia correana”.

Lo cierto es que en el Ecuador del fascismo bolivariano del siglo 21 los ecuatorianos somos iguales, aunque algunos ecuatorianos son más iguales que otros, parafraseando a Orwell. La realidad es que en el Gobierno de la Involución Ciudadana, sus incondicionales regordetes burgueses y pipones burócratas vociferan libertinamente en los bacanales itinerantes: “lo mío es mío y lo tuyo es mío”. La verdad es que con la “Revolución Ciudadana de los Patiño, Alvarado y Correa”, todo ha cambiado pero para que nada cambie. Porque en la dictadura constitucional del fascismo bolivariano los ciudadanos, los civiles, son la última rueda del coche, el último eslabón de la cadena. Porque la “meritocracia” en sistemas políticos corrompidos simplemente representa el triunfo de lo peor de una sociedad mediocre y estulta.

¡Y pensar que el camarada Correa y sus corifeos, aspiran a la reelección, mira que hay que ser sinvergüenzas!