¿Cuál es el origen de la masonería ecuatoriana? Pero antes
que nada, ¿qué es la masonería? En
términos generales se llama, Masonería, a ciertas organizaciones específicas, conformadas
por personas, que profesan principios de fraternidad mutua, usan emblemas y
simbologías esotéricas, ocultas para los comunes, desarrollan ritos y parafernalias especiales y se congregan en grupos denominados logias.
Hay quienes
consideran que los orígenes de la Masonería se remonten a los tiempos del Rey
Salomón, de ahí que simpatizantes y detractores la vinculen con los judíos. No
pocos consideran que la Masonería surgió como una entidad secreta de individuos
cansados de la persecución brutal y el
poder absolutista y terrorista de la Iglesia Católica durante el oscurantismo de
la edad media. Hay otros, que satanizan los orígenes de la organización y la
vinculan con intereses sectarios de determinadas élites, ansiosas por implantar
un orden mundial totalitario. Teorías van y vienen, algunas ciertamente
sospechosas.
En esta suerte de
dudas, incertidumbres, misterios y confabulaciones, históricas, sin embargo,
aparecen dos entes, cuya existencia y enfrentamiento resultan indudables: La Iglesia Católica
Internacional, o más específicamente El Vaticano, y la Francmasonería.
Quiero señalar que
la intención del post no es incursionar en las animadversiones que existieron y
existen entre ambas instituciones; lo mencionado en los párrafos anteriores es
un simple antecedente que pretende evidenciar las contradicciones, demagogias y
falsedades de ciertos políticos, para quienes todo se vale cuando de manipular
a la sociedad se refiere.
El Ecuador, es un
país, desde el punto de vista histórico, extremadamente joven, apenas surgió en
1830. ¿Cuáles fueron las verdaderas intenciones de quienes se agruparon en
torno a la formación del Ecuador? Difícil y polémico, afirmar; sin embargo, el
hecho de haber colocado como primer presidente de la República ecuatoriana al
mercenario venezolano Juan José Flores, un arribista analfabeto, deja muy mal
parados a los patriotas de aquella época. Sea como fuere el Ecuador nació, y
con éste, bajo una serie de principios reales y ficticios, de verdades y
supuestos, de imposiciones y voluntades, nacimos los ecuatorianos. En estas circunstancias,
un grupo de criollos y chapetones, un segmento económicamente opulento, no
precisamente muy tolerante pero sí extremadamente conservador, vinculado
directamente con la Iglesia Católica que España nos heredó luego del holocausto
de la conquista, literalmente se apropió del País e impuso sus muy particulares
y sui géneris reglas; es decir, instauró un sistema donde solamente los
miembros de aquel grupo de conservadores ortodoxos, conjuntamente con sus
aliados, los religiosos católicos, pudieron prosperar. Como es lógico, dada la
injusticia del sistema, la oposición a este orden infame no se hizo esperar en
quienes, veían afectados sus intereses; porque al final en este mundo todos son
intereses, pues los hay de los buenos y universales, como, obviamente, de los
malos y sectarios.
Dada la política
violenta y terrorista del conservadurismo de mediados y finales del siglo
XIX, surgen las ideas liberales en las
mentes de algunos ecuatorianos –importadas
sobre todo desde Francia, Inglaterra e Incluso los Estados Unidos – cansados
del monopolio político, económico y financiero del conservadurismo católico
tradicionalista. Y es ahí, en mi opinión donde surge: La Masonería Ecuatoriana.
Pues bien, a pesar
del secreto que envolvía al misterioso y satanizado “masón”, nombres y apellidos
se colaban por doquier; y es así que, pronto se llegó a conocer que uno de los
líderes del partido opositor al Conservadurismo, – grupo político que
popularmente se llegó a conocer como “Liberal” – era el manaba Eloy Alfaro Delgado. Ahora bien, hay que aclarar – muy necesario – que
el hecho de que esa organización política haya sido bautizada como “Partido
Liberal”, no significa que necesariamente haya estado conformada por liberales,
por individuos que tuviesen claro lo que realmente significa el Liberalismo
Filosófico. Hay que ubicarse en el momento histórico. De hecho nombres
ignominiosos como los de José Urbina e Ignacio de Veintimilla, aparecen como miembros del partido
liberal; además, está la criminal participación, hipócrita y mojigata, del
“liberal” Leonidas Plaza Gutiérrez en la masacre de Eloy Alfaro y sus
lugartenientes. Por lo mismo etiquetar
de “liberales” socialista y licenciosamente a todos quienes decían oponerse al
poder del Partido Conservador lo considero un aspecto repudiable, polémico y
cuestionable, pues, en mi criterio más que “liberales”, la gran mayoría eran política,
religiosa, y culturalmente conservadores moderados, y algunos que otros laicos
anticlericales. Aunque justo reconocer honrosas excepciones, como el caso de
Juan Montalvo y posiblemente José Peralta, entre otros, verdaderos liberales.
Efectivamente, en
el Ecuador de finales del siglo XIX y principios del XX existía una
organización masónica. Y sí, en efecto, Eloy Alfaro Delgado, uno de los líderes
de lo que se llamó “Partido Liberal” era un masón.
La relación directa
de Alfaro con el “movimiento masón” es importante, porque explica la
animadversión que los líderes conservadores y los jefes clericales católicos de
la época tenían contra el caudillo manabita. Además permite entender, por qué
la muchedumbre virulenta, constituida por la soldadesca gubernamental, guarichas – nombre que se dio a las esposas o
amantes de los mercenarios de los ejércitos conservadores o “liberales” no
alfaristas – y prostitutas curuchupas, detestaban el nombre de “masón”, y
obviamente odiaban infernalmente a su figura protagónica: Eloy Alfaro Delgado.
Y explica por qué aún hoy, en el siglo XXI, existen curuchupas fascistas etiquetados de revolucionarios socialistas, e incluso de
“alfaristas”; que satanizan el concepto de “masón”, y pretenden inculcar,
inflamar y explotar odios enfermizos y ancestrales en las mentes de las
muchedumbres. Paradójicamente quienes se benefician de la figura del popular y
polémico “Viejo Luchador”, demonizan una de sus particulares características,
aquella que lo volvió aún más detestable ante el curuchupismo que festejó la
brutal quemazón del Ejido.
Si me lo preguntan, dudo mucho que haya masonería
en el sentido idealista en el Ecuador. Pero no por eso, se puede soslayar el cinismo de gente como Rafael Correa,
político formado – desde su niñez hasta su adultez – en instituciones religiosas católicas, cuando redunda en adulos a favor del masón
Eloy Alfaro, y al mismo tiempo sataniza aquel mismo concepto, cuando dirige sus
cóleras en contra de uno de sus rivales políticos, atacándolo de “masón”. ¡Qué
paradoja!... o más bien… ¡Cuánta sinvergüencería!
Buenos QH:. Pablo,
ResponderEliminarDudo que nuestra QHa:. Guadalupe Larriva estuviera de acuerdo en acusar a Rafael Correa de anti-mason.
Y en cuanto al mason que le pega a su mujer, yo escribi sobre ese caso en http://www.doylet.org/mason/emf/?p=26
Es cuanto,
Fernando.
Saludos Fernando. Gracias por el comentario. Tema interesante, este, de la masonería. Lamentablemente ha sido el prejuicio, los intereses mezquinos y la ignorancia las constantes que han desnaturalizado la institución de la masonería, no solo en el País, sino, posiblemente en todo el mundo.
ResponderEliminarComo menciono en el post, dudo mucho que en el País, actualmente, exista una institución que cumpla con las especificaciones respecto de lo que debería ser un ente masónico; de hecho dudo que haya existido alguna vez.
Respecto del "masón que pega a su mujer"; los únicos que saben la verdad de tal hecho son Doña Ximena y el Lucio. Dudo que el Lucio, confiese, de haberse dado, de manera que la única que podría afirmar o negar aquello es la Ximenita. Por lo mismo surge una pregunta, de dónde acá, el "boyscout" Rafael Correa afirma con tanta certeza e iracundia la agresión del "masón".
Hasta luego.
Pablo.
jajajajaja, el masón que le pega a la mujer es el Lucio???, no manches....., desde hace algún tiempo ya se sabía que la masonería era solo un club social de pseudo intelectuales que jugaban a inteligentes manejando un código por demás predecible, pero con esto se rematan, creo que por principio los masones deben negar la entrada a nuestros políticos, si no quieren embarrarse, pero..., y de donde van a tener las influencias para beneficio de los hijos, hijas, mozos y mozas, sin dejar las amistades para las vagas y cocteleras concubinas??, jajajajaja
ResponderEliminarSi el pegador es mason, mejor me hago miembro de la Sur Oscura, jajajajaja
me olvidé, club social de pseudo intelectuales alcoholizados......
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSaludos amigos tal parece que para algunos la masonería es buena e intachable de personas distinguidas pero todo tiene su son de ser les invito a investigar más y por aquello de no respetar o hacer lo que deseaban murió un buen hombre que no se iba a someter a tales componendas para sus fines masones-iluminatis un complot mundial
ResponderEliminara la persona que dice ser mason le tengo una pregunta cual es el objetivo de los masones....? ya que he estado viendo y los masones an estado a lo largo de la historia ayudando a varios pueblosa ser libres..!!!
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