Una de las
características más sórdidas, ridículas y pomposas del Gobierno de la
Involución Ciudadana de Rafael Correa es, sin dudas, la utilización recurrente
que los fascistas bolivarianos hacen de ciertas expresiones demagógicas,
amaneradas, rebuscadas, patrioteras y rimbombantes con los cuales los corifeos
y gamonales del fascismo del siglo 21 pretenden hacerse pasar por honestos e intelectuales;
así por ejemplo, expresiones y frases como, “imaginario colectivo”, “revolución
ciudadana”, “insumos jurídicos”, “el País ya es de todos”, “nunca olvidar”,
etc., se han constituido en marca patentada de la mafia de Alianza País. En
medio de estos clichés demagógicos aparece una palabra, que, por las
connotaciones corrompidas y realidades funestas que se han desarrollado en
torno a la misma, ocupa un sitial ciertamente deshonroso; esa expresión es
“meritocracia”.
En el
Gobierno de Rafael Correa con bombos y platillos fascistas se inauguró la
“meritocracia” versión Alianza País, que no es sino una engañosa reinvención del agua tibia; una forma
tramposa, mentirosa, y beata de redefinir al sucio, asqueroso y corrupto
tráfico de influencias politicastro. A través del fascista Consejo de
Participación Ciudadano y Control Social, ente creado por la Constitución de
Montecristi encargado de seleccionar a los principales funcionarios de algunos
de los entes funcionales más importantes del Estado, se consiguió crear una estructura burocrática
totalitaria que actualmente le sirve al Gobierno de Correa para imponer a sus
corifeos, sátrapas y cortesanos en aquellas instituciones públicas.
Con el
cuento demagógico de que se iba a escoger a los mejores ecuatorianos, los
sátrapas de Correa enquistados en el fascista Consejo de Participación
Ciudadana y Control Social, redactaron una serie de requisitos tramposos,
ambiguos y taimados, a los que tacharon de
“méritos”, entre los cuales sobresalían descaradamente las denominadas
“discriminaciones positivas”, por cierto otra expresión vernácula de la mafia
de Alianza País.
Con la
imposición de reglamentaciones arteras, falaces, turbias y sectarias, los
fascistas bolivarianos, consolidaron la “meritocracia correana” y designaron
para los diferentes cargos públicos a
personajes vinculados directamente con el Gobierno de la Involución Ciudadana.
En medio de repugnantes discriminaciones positivas, engañosa experiencia en la inepta y corrupta burocracia pública, dilatada carrera burocrática gracias al vil tráfico de influencias politiqueras, supuesta experiencia académica en un sistema educativo mediocre y totalitario, y un sistema de valoración y selección descaradamente abyecto, se destrozaron garantías individuales, se violaron derechos humanos y se consolidó un sistema ruin, rapaz y absolutista.
En medio de repugnantes discriminaciones positivas, engañosa experiencia en la inepta y corrupta burocracia pública, dilatada carrera burocrática gracias al vil tráfico de influencias politiqueras, supuesta experiencia académica en un sistema educativo mediocre y totalitario, y un sistema de valoración y selección descaradamente abyecto, se destrozaron garantías individuales, se violaron derechos humanos y se consolidó un sistema ruin, rapaz y absolutista.
Los seudo
intelectuales del gobierno de la Involución Ciudadana, burócratas del nuevo
orden, nos dicen que para ocupar determinados cargos públicos es menester tener
título de cuarto nivel, y Yo les digo que en el Ecuador del siglo 21, obtener
el título de cuarto nivel, es un asunto de comercio. En el Ecuador del fascismo
del siglo 21 el título de cuarto nivel se compra y se vende, todo es cuestión
de negociar. De ahí que no debería sorprendernos observar a verdaderos
imbéciles ostentando el título de Ph.D., o especialistas en “todo y algo más”.
Lo grosero e
inmoral es que, mientras al ecuatoriano común,
se le exige requisitos disparatados, a los serviles y alcahuetes del
fascismo bolivariano se les exime de dichos requisitos, e incluso se les
encubre sus falencias con tal de que tales personajes puedan desempeñar
elevados cargos públicos, ahí tenemos por ejemplo el caso del falsificador Pedro
Delgado, falsamente etiquetado de economista, ex gerente del Banco Central
durante el Gobierno de la Involución Ciudadana; ah y por cierto, primo del
camarada Rafael Camarada dizque impoluto líder del socialismo del siglo 21.
Días atrás
en un medio de comunicación un asambleísta de la oposición denunció el caso de
los títulos profesionales de los hermanos Alvarado, miembros del círculo
cerrado del Gobierno de Alianza País. Hecho esclarecedor de la condición moral
de aquellos personajes. (Ver video). Hay un adagio popular que dice, “mientras más
curuchupas más pecadores”, este aforismo parece calzarle perfectamente a muchos
de los corifeos del Gobierno de Rafael Correa. Mientras, con su “meritocracia
correana” santurrona y corrupta, limitan, restringen, cohíben, impiden y
obstaculizan de manera que las personas honradas no puedan participar en la
vida pública, en cambio, cuando de dejar hacer y dejar pasar sus venialidades
ridículas y groseras inmoralidades son extremadamente gentiles y livianos. ¡Qué
irónico, eh, los falsificadores y comercializadores de títulos universitarios
exigiendo a los demás títulos de cuarto nivel!
En alguna
ocasión se me cruzó por la mente la posibilidad de presentarme a uno de los
concursos organizados por la burocracia del Consejo de Control Social, pero
enseguida desistí de la opción, por obvias razones, es decir, participar en un
concurso donde todo, absolutamente todo está amañado, simplemente, no tiene
sentido. A ver, en mi caso, la realidad es muy descriptiva, Yo tengo, mi título
universitario, mi título profesional, que me costó 17 años en escuela, colegio
y universidad, públicos (no privados ni religiosos como en el caso del fascista
lasallano y alfarista); tengo mi cédula de ciudadanía ecuatoriana, nativo
ibarreño; tengo mi modesta experiencia en al ámbito de la microempresa privada;
y tengo la opinión favorable de un pequeño pero respetable grupo de personas
que me conocen; esa hoja de vida profesional, mi currículum, que en una utópica
sociedad racional y decente, o en un sistema político sensato, me permitiría
acceder a un cargo público sin mayores complicaciones; pero, en el Ecuador del
fascismo bolivariano del siglo 21, esa posibilidad, se vuelve imposible,
gracias a la “meritocracia correana”.
Lo cierto es
que en el Ecuador del fascismo bolivariano del siglo 21 los ecuatorianos somos
iguales, aunque algunos ecuatorianos son más iguales que otros, parafraseando a
Orwell. La realidad es que en el Gobierno de la Involución Ciudadana, sus
incondicionales regordetes burgueses y pipones burócratas vociferan
libertinamente en los bacanales itinerantes: “lo mío es mío y lo tuyo es mío”. La
verdad es que con la “Revolución Ciudadana de los Patiño, Alvarado y Correa”,
todo ha cambiado pero para que nada cambie. Porque en la dictadura
constitucional del fascismo bolivariano los ciudadanos, los civiles, son la
última rueda del coche, el último eslabón de la cadena. Porque la
“meritocracia” en sistemas políticos corrompidos simplemente representa el
triunfo de lo peor de una sociedad mediocre y estulta.
¡Y pensar
que el camarada Correa y sus corifeos, aspiran a la reelección, mira que hay
que ser sinvergüenzas!
Exactamente lo que te comentaba antes...
ResponderEliminarHablas pero no dices nada.
Compañero, yo emigre del Ecuador cuando tenia 5 años con toda mi familia, he vivido las penurias y las alegrias de ser emigrante...he sido educado en ciencias de la vida y poseo un master en negocios, he vivido y conocido varios sitios de europa, y eso no me hace ser un burgués, eso no me hace ser más o menos que nadie, pero eso me da conocimiento y me da capacidad crítica.
Rafael Correa no jugaba con muñecas cuando era niño, y todo lo que ha logrado es por merito propio, en ambientes competitivos y exigentes, tu táctica de desprestigio no tiene lógica alguna
Creo que tu crítica está vacía de contenido por que el objetivo de tu crítica (si es que tienes un objetivo claro) es completamente erróneo.