lunes, 15 de octubre de 2012

De foros, insultos, censura y Rafael Correa.



Debo confesar que no reviso los comentarios de las personas que acceden a mis videos a la comunidad Youtube, y si en alguna ocasión llego a enterarme de alguno, es fundamentalmente obra del azar, o más bien como efecto colateral de un hecho determinado. Pero, ¿por qué no los reviso? Bueno, lo voy a explicar lo más rápidamente posible. Hace aproximadamente 6 o 7 años, básicamente por curiosidad empecé a navegar por el Internet. Casi enseguida me di cuenta que mis plegarias habían sido contestadas. Finalmente tenía acceso a una corriente de información variada, constante, interesante, polémica y entretenida. La censura oficial impuesta por las mafias tiránicas, los medios de comunicación conservadores, seudo democráticos, socialistas o comunistas, y en general, las arpías del totalitarismo, habían sucumbido ante la Libertad que ofrecía la Red Virtual. Sin embargo, pronto me di cuenta que, en Internet, no todo era un paraíso de Libertad, Justicia y Verdad; de hecho, ahora que lo pienso, es bastante obvio, pues, detrás del contenido impreso o grabado en la Red, se encuentran simples seres humanos, y por lo mismo, conjuntamente con lo bueno, sabio y agradable, viene por añadidura lo malo, estúpido, violento, y grosero, no por nada dice el adagio: “de todo hay en la viña del Señor”.

Mientras vagabundeaba por aquí y allá me encontré con los famosos foros de opinión política. ¡Ah inocente de mí!, pensar que por algún tiempo creí que podría confiar en aquellos mercadillos, las utopías que se habían manifestado  en algún día de apasionadas reflexiones. Qué equivocado estaba, había omitido una vez más la repugnante y nociva condición humana del bravucón contumaz y la miseria del socarrón inmoral. Durante alrededor de 4 años deambulé predicando mi credo ideológico en verdaderos lupanares de odio, estupidez y malicia; imaginando ingenuamente que estaba contribuyendo para cambiar este mundo de porquería, hasta que finalmente, intoxicado con tanto miasma degenerado, grité: ¡basta, no más! Desde ese entonces, no volví a intervenir en ningún foro de opinión política. Considerando la experiencia vivida y las evidencias incuestionables puedo decir, sin ninguna duda que los foros de opinión política sean conservadores, socialistas, fascistas, comunistas, nacionalsocialistas, anarquistas o seudo liberales son basura, y la gran mayoría de comentarios que se expelen en los susodichos son simplemente mierda.

La verdad es que los foros de política en Internet, ¡todos!, encubren, detrás de una careta de falsa moralidad, intereses canijos, brutales y sórdidos. Afortunadamente, pronto comprendí que, lo mismo que es aplicable a la sociedad real puede ser aplicable a la sociedad virtual. La respuesta a mi necesidad de expresar mis opiniones libremente, alejado de los pantanales vergonzosos y amorales de toda forma de patrioterismo demencial, racismo enfermizo o mercantilismo totalitario, lo encontré en el blog. Sí, el blog, en su forma natural y primitiva. Desde entonces, primero a través de un seudónimo y luego con mi identidad original, he dicho y escrito, lo que he pensado en la privacidad de mi mente.

Mas, hace dos años un tanto decepcionado y ciertamente asqueado de las estupideces que se registraban en los burdeles sofistas de ofertas insulsas, decidí negarme la posibilidad de seguir expresando mis pensamientos en la Red; sin embargo, meses atrás, mayo o junio, me parece, ansioso de decirle al mundo lo que pienso de sus contradicciones y ambigüedades, decidí volver nuevamente a las cavernas individuales del apreciado blog, solo que esta vez, incursionaría adicionalmente en la opción del video. Para cumplir aquel propósito escogí  Youtube. Desde ese entonces, he subido alrededor de 35 videos en los que he dejado clara constancia de lo que pienso de este mundo en sus diferentes formas. Consciente que varios de mis videos generarían la respuesta respetuosa de alguna persona, pero también, las groserías de algún energúmeno, decidí abstenerme de revisar las opiniones dejadas en la opción “comentarios”. Pero, ¿por qué no eliminé, si existía esa alternativa? Fundamentalmente porque respeto la libertad de expresión, y considero que, negarle a una persona honesta  la posibilidad de expresarse sobre un tema, creencia o percepción es simplemente un acto de vil censura. La certeza de rechazar las verborreas grotescas de un cretino malintencionado no puede poner en riesgo la libertad de expresión de una persona respetable; Yo no estoy dispuesto a hacerlo; no en mi cuenta. Podría, instalar un filtro, para luego revisar cada comentario, pero esa política iría contra mi máxima de ignorar las bascosidades de los estultos, además ese manejo la usan los medios corporativos esclavos y dependientes del poder económico; por lo mismo, en mi canal prefiero dejar que las personas se expresen y se muestren, tal como son.

Como mencioné inicialmente, años atrás deambulé eventualmente por varios foros de opinión, entre ésos, curiosamente el foro del diario conservador “El Comercio”;  no por mucho tiempo; ¿la razón?, en más de una oportunidad se censuraron mis comentarios; cuando aquello sucedió, opté por no volver a comprar ese periódico, y cada vez que ese diario abusivamente enviaba publicidad y propaganda a mi correo bloqueaba dichas direcciones o simplemente los mandaba a la sección “spam”. Y es que mientras perdía el tiempo, intentando cambiar el mundo desde Internet, me sucedieron cosas interesantes e importantes, por ejemplo: conocí mucho más de la condición humana; aprendí que socialistas o comunistas y conservadores o fascistas son básicamente lo mismo, les importa un soberano cacahuate la verdad y la justicia, aunque les encanta igualmente el poder totalitario, y los vicios que de ese monstruo infame se consiguen; además, constaté a través de evidencia incuestionable que los medios de comunicación corporativos que se dicen “libres e independientes” en realidad son dependientes y esclavos de siniestros y codiciosos poderes totalitarios.
   
En aquellas circunstancias, se dio un hecho pintoresco y jocoso, llegué a un foro conservador vinculado con cierto canal de televisión que se ha declarado expreso opositor del Gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa. Interesantemente, en dicho medio se daba un fenómeno sectario, común en los foros conservadores anti-correanos, cuando ingresaba un comentario que criticaba los disparates de Correa, el comentario no solo que aparecía inmediatamente, sino que se mantenía férreamente pegado a las virtuales páginas grises, pero cuando censuraba la corrupción de la partidocracia conservadora tradicional, o planteaba la necesidad de enfrentar a Correa, dejando de lado odiosas pasiones y más bien recurriendo a la contundencia de la verdad, mis comentarios, o incitaban el odio curuchupa, a través de injurias maliciosas como “correísta has de ser”, o, eran borrados rápidamente por los dueños del negocio. Transcurridos algunos días, los propietarios del foro, posiblemente hicieron un análisis “costo-ganancia”, y decidieron que mi presencia no era conveniente en aquel medio, lo que devino en la cancelación de mi cuenta; con lo cual, aquellos falsos librepensadores,  pretendiendo hacerme un mal, terminaron librándome de aquel muladar obsceno. En otras palabras, fui censurado por, ora pedir cordura al momento de emitir una crítica, intentando hacer entender a esa bola ignominiosa de curuchupas que su odio resultaba contraproducente, pues la gente terminaba repudiando sus insultos; ora por decir que la vieja y corrupta partidocracia era exactamente igual a la nueva partidocracia; es decir que los decrépitos y monopólicos partidos políticos que le hacen oposición a Correa cometieron iguales o peores actos de violencia y corrupción en el pasado; parece que les  ardió, y mucho, considerando su reacción vengativa. ¡Ah!, por supuesto que ese mismo fenómeno sectario se da en aquellos foros donde está permitido únicamente adular o alcahuetear a caciques socialistas como Fidel Castro, Hugo Chávez e incluso a Rafael Correa, a pesar de su notorio fascismo, lo cual demuestra una vez lo que vale un foro politicastro.

Pues bien, resulta que hace un par de semanas, mientras copiaba el código de uno de mis videos en Youtube para pegarlo en mi blog, accidentalmente, mis ojos se posaron en la sección comentarios. Pues sí, ahí estaban, como un pedazo de basura maloliente en una vereda, las expresiones abyectas de un desquiciado mental. El saco de bilis en lugar de comentar el video, y expresar las razones por las cuales no estaba de acuerdo con éste, despotricaba groserías contra el titular del canal. A vuelo de aguilucho, revisé los expresiones de los videos más comentados y noté que las groserías se daban principalmente, si no es únicamente, en los videos en los que comentaba las locuacidades folclóricas  y las aberraciones del presidente  Correa; una constante desagradable y patética que, sin embargo, sirve como prueba incuestionable respecto de la calaña moral, quizá no de todos, aunque sí de un gran contingente de acólitos incondicionales del líder del socialismo bolivariano, capítulo Ecuador.

Luego de revisar las torpezas vulgares de un par de  palurdos que se escondían detrás de las trochas inmundas que les ofrecían sus estrambóticos sobrenombres, decidí soslayar las nerviosas y descarnadas quejas de los serviles de Correa. Pero, y aquí viene la razón del comentario, días después, sábado, 6 de octubre del 2012, me parece, a eso del mediodía, buscando alguna cosa decente que ver en televisión, me encontré con el show artístico del camarada presidente. Y entonces, ¡bingo!, el fascista, se mandó unas cuantas “perlas”, que hasta cierto punto me obligaron a redactar este comentario. Pero qué sucedió; aquí un resumen sucinto: Correa se queja de los insultos que recibe en un foro de propiedad del diario conservador “El Comercio”. Dice no importarle los insultos pero, anuncia que tales ultrajes, podrían a afectar a funcionarios públicos y de paso dañar la mente de los niños ecuatorianos, por lo que su secretario de Comunicación, ni corto ni perezoso  ha enviado una misiva al diario conservador en el que señala: “la Secretaria Nacional de Comunicación……se reserva el derecho de solicitar la información de las personas cuyos comentarios puedan ser difamatorios….. y que puedan configurarse en algún delito…..para lo cual será la justicia la que determine la responsabilidad de la persona y de ser el caso el resarcimiento económico por los daños y perjuicios ocasionados”.
   
 A nadie en su sano juicio le debe gustar que lo injurien, claro que no. De hecho me parece que el injuriador debe responder por sus injurias, pero las sanciones deben ser proporcionales a la seriedad del delito, y sinceramente, me parece que la injuria de un pelmazo sea quien sea, no reviste extrema gravedad. La reacción de Correa me parece exagerada, sobre todo cuando se escuda detrás de la supuesta defensa de los niños. Los comentarios calumniosos de los que se queja Correa son nada en comparación con la violencia que los niños ecuatorianos reciben diariamente de múltiples maneras. El que se excluyan los comentarios agresivos en contra de Correa, o de los sátrapas de su gobierno no van a cambiar en nada las influencias perniciosas que reciben los niños y adolescentes sobre todo de esos adultos inmorales que se jactan de ser virtuosos pero que en la práctica no pasan de ser unos viejos corrompidos y desgraciados. Paradójicamente, ante el reclamo de Correa, diario “El Comercio” responde abruptamente eliminando la opción “comentarios”, lo cual me parece una vileza; sin duda una reacción nefanda del diario conservador; pues, en lugar de defender las opiniones de quienes comentan en ese medio, o de llamar a la madurez a quienes optaron por el insulto venial, dan de baja el foro y terminan censurando a todos quienes usaban ese medio para expresarse. Francamente me parece un disparate sin nombre, más todavía, viniendo de quienes dicen defender la libertad de expresión y oponerse a la censura.

En algún comentario anterior, Yo, dejaba en claro que no iba a tomar partido en el pleito bochornoso que se lleva a cabo entre la prensa corporativa conservadora y Rafael Correa; en mi opinión ese espectáculo desnuda las reales y verdaderas condiciones de comadres y compadres, al tiempo que demuestra el ningún respeto que ambos bandos tienen por el pueblo ecuatoriano. Aunque, debo señalar que algo de positivo hay en el enfrentamiento: los ecuatorianos,  gracias al pleito podemos contar con evidencias veraces que demuestran la condición paupérrima de la opinión pública tradicional u oficial; quizá y solo quizá, aquello, justifique la presencia de un personaje como Correa en la presidencia, después de todo, qué otro presidente se ha atrevido a confrontar con relativo éxito a la todopoderosa prensa conservadora dizque libre e independiente.

Ahora bien, por qué Correa se queja y amenaza por los insultos recibidos, pero se calla o mira para otro lado cuando sus angelitos insultan e injurian, incluso, a quienes lo critican con razones válidas, es decir,  a los pocos ecuatorianos decentes e inteligentes que reprenden racionalmente las evidentes inmoralidades del Gobierno de la Involución Ciudadana. ¿Acaso la reputación de Correa y sus sátrapas valen más que la reputación de un civil ecuatoriano? Seguramente para Correa y sus sátrapas, así debe ser; basta constatar el impulso y protección que le ha dado al corporativismo burocrático estatal.

Como mencionaba en párrafos anteriores, unos cuantos esperpentos, que se declaran “seguidores de Correa” han manchado la sección comentarios de algunos de los videos que he subido a Youtube, con insultos contra el creador de esos videos. El único motivo que les he dado es expresar mi opinión y decir lo que pienso amparado en percepciones veraces de la realidad. El mensaje es claro, la consigna belicosa es patente, si Correa es criticado, hay que decirle de todo, a ese hereje que se atrevió a cuestionar al temible caudillo fascista. No importa que diga la verdad, ¡sobre todo si dice la verdad!, especialmente cuando sus comentarios están fundados en la verdad. Me gustaría saber la opinión de Correa en este caso particular. Conociéndolo, seguramente lo reprobaría de boca para afuera, en tanto lo festeja en sus adentros.  Si hay delitos de odio en las injurias que recibe Correa también los hay en las injurias y menosprecios que sus progres angelitos escurren por aquí o allá. Será que las ofensas emitidas por los progres bolivarianos son simples “travesuras infantiles”, ya saben, es que “los guambras son vivísimos” y no se puede reclamarles porque se podría acomplejarlos y de esa manera poner en riesgo el futuro de la patria, aunque, la edad de algunos de esos bribones posiblemente supera los 50 años.

Ciertamente que las groserías fecales de aquellos insolentes carecen de importancia, más todavía cuando están firmados con apodos; sin embargo, siguen siendo groserías, y por lo tanto no son tolerables. Pero, ¿es justo que una persona que expresó una opinión o expresión fundamentalista o irracional, enfatizo una “opinión o expresión”, sea privada de la libertad por 3 años o más, y adicionalmente se le exija una indemnización multimillonaria? En mi opinión ese infame castigo, ese sí, es un acto de odio. Meterle presa a una persona, quitarle su patrimonio y fastidiarle a su familia, por una necia  expresión, ese sí es un delito de odio y maldad. Sin duda un acto cobarde, supinamente estúpido y malvado. “¡Ah pero es legal!”, dirán los politicastros y demagogos. Podrá ser legal, pero es ruin.

 Sí, efectivamente, los foros de opinión en internet son basura de lo peor, de hecho un foro de pornografía tiene infinitamente más integridad que un foro socialista, fascista, seudo liberal o mentirosamente democrático. ¡No es novedad! Pero, si no es algo nuevo, entonces, ¿por qué Correa se rasga las vestiduras y se escandaliza por algo que es común en todos los foros?, incluso aquellos creados exclusivamente para adular y alcahuetear el socialismo bolivariano. Pero, hay más, si Correa señala que le tienen sin cuidado los “aprecios” de sus enemigos políticos, entonces, ¿por qué amenaza, con la ignominiosa carta de su secretario de comunicación, con meter presos y demandar por millones de dólares a sus exagerados críticos?; ¡millones de dólares de indemnización y cárcel!, eso prometen Correa y sus sátrapas, a quienes, por los motivos que sean, equivocados o no, expresen opiniones que no le gusten a vuecelencia de Carondelet. Si eso no es fascismo, entonces qué será: ¿amor al prójimo?

Al final de su exposición sobre los insultos de los comentaristas de la página virtual de diario “El Comercio”; Correa, anuncia lo siguiente: “esta gente cree que tiene patente de corso para insultar, hablar porquerías….basta, no lo permitiremos, y si esto es atentado a la libertad de expresión, maravilloso en febrero 17 son las nuevas elecciones presidenciales, que los candidatos expresen si van a permitir esta clase de cosas, si yo soy candidato, muy claramente, no permitiremos esta clase de bascosidades, esta bazofia llamada prensa.”
   
En más de una oportunidad he dicho que: es preferible soslayar los excesos banales del libertinaje verbal antes que censurar o regular la libertad de expresión. No, no creo que un cretino, sea quien sea, deba tener la patente de corso para insultar con absoluta impunidad, pero, definitivamente creo que la virtuosa Libertad no debe ser regulada o reglamentada, salvo para garantizarla. Correa señala expresamente que si gana las elecciones de Febrero del 2013 se viene la regulación para internet. Esa declaración, corrobora la condición fascista de Correa. Con la excusa de combatir los “excesos verbales” que lo afectan pretende regular la libertad de expresión en Internet; regular, según el diccionario significa: Pactado y conforme a regla. Uniforme. Ajustado, medido, arreglado en las acciones y modo de vivir, es decir limitado. De tamaño o condición media o inferior a ella. Se dice de las personas que viven bajo una regla o instituto religioso, y de lo que pertenece a su estado. Disciplinar. Uniformar. Reglamentar. Legalizar. Normalizar. Con el cuento de atacar lo malo, se pretende reprimir y limitar lo bueno.

Ciertamente he disfrutado de la libertad que el internet me ha ofrecido; gracias al internet he conocido lo que es la libertad de expresión, por lo mismo jamás votaría por alguien que se jacta de que reglamentará y por ende limitará lo primitivo y lo natural. Existen varias razones por las cuales no votaría por Correa, entre las principales, sino la principal, está su intento por encarcelar la libertad de expresión que ofrece el internet. Definitivamente los demás candidatos a la presidencia deben manifestarse sobre este tema tan importante, infinitamente más trascendente que la “Ley de medios” que regulará a los negocios de la comunicación. Solamente voy a añadir lo siguiente: la Libertad de expresión es un derecho universal y por lo tanto no es negociable.
 


 

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