viernes, 8 de marzo de 2013

Reacciona Ecuador, el fascismo es violencia.





Mi profesora de escuela era una mujer gorda y omota; en sus momentos torvos solía agarrar la regla con filo metálico y dejábala caer con frialdad asesina en los dedos de sus alumnos, unos traviesos “machitos” de 6 o 7 años. Disfrutaba también de sacudir nuestras infantiles cabezas halándonos de nuestras orejas que solían adquirir un tono rojizo que armonizaba groseramente con el dolor y calor intenso que terminábamos sintiendo. Igualmente, cuando se enojaba, no tenía problema en soltar unas soberanas cachetadas en las mejillas de esos futuros “machistas” trogloditas, haciendo que el sonido del tortazo resuene en aquella sala de torturas a la que conocíamos como aula de clases. Me pregunto cómo deberíamos llamarle a semejante arpía: ¿“machista”?, ¿“hembrista”?, ¿“feminista”?, o quizá solamente, “vieja cobarde y malvada”. “¡Carambas, no sea machista, no le diga así a la reputada maestra, que se sacrificó en las aulas del saber, si  maltrataba a un grupo de niños incapaces de defenderse, era por su propio bien!”.
 
Hace unos días escuché en las noticias que grupos feministas desfilaban por las calles de la ciudad de Quito, gritando consignas en contra de la violencia de género. Lo interesante es que las feministas, en donde incluyo a los feministas, esos igualitarios angelitos que suelen jactarse diciendo, “¡yo cocino, plancho, lavo y qué!”, como si aquello fuera algo indecoroso o digno de alabanza, cuando en realidad se trata de simple cultura general; pero como decía, las feministas protestaban, pero, exclusivamente en contra de la violencia que sufrían las mujeres de parte de los hombres. Pero, para nada censuraban la violencia de mujeres contra otras mujeres, muy común en la sociedad; ni tampoco por la violencia que los hombres causan a otros hombres, y peor, por el sufrimiento y dolor que ciertas mujeres causan a algunos hombres. Tratándose de grupos sociales y políticos que pretenden la igualdad, aquel sectarismo de género resultaba, contradictorio, por no decir hipócrita.

La noticia añadía que los niveles de violencia contra la mujer se mantenían constantes en los últimos tiempos, incluidos los 6 años del Gobierno de la Involución Ciudadana, administración muy cercana a este movimiento social. Esta información me hizo recordar la polémica y económicamente costosa campaña feminista “Reacciona Ecuador el machismo es violencia”, ideada y desarrollada algunos años atrás, y supongo todavía en vigencia, por el Gobierno de Rafael Correa. Pero, qué había pasado, ¿acaso la campaña no había sido tan eficiente como las otras operaciones publicitarias del gobierno, que por ejemplo, habían conseguido garantizar 4 años más en el poder a Rafael Correa y sus progres fascistas?; de acuerdo con las protestas de las feministas, irónicamente aliadas de Correa, obviamente No. Pero, ¿por qué no?, bueno por varias razones. Pero, qué tal si recordamos algunos spots de la odiosa campaña y luego las analizamos una por una para observar los mucho que las feministas “aman a su prójimo”, en el caso particular, al hombre heterosexual. (Ver video incluido).
         
La conclusión que sacó luego de observar los videos de la campaña gubernamental “Reacciona Ecuador, el machismo es violencia”, es que, para los sátrapas del Gobierno de la Involución Ciudadana, los hombres ecuatorianos en su generalidad, salvo, los feministas del socialismo del siglo 21, somos un montón de imbéciles aleccionados ancestralmente con estereotipos belicosos, violentos, obsesivos, y vengativos. Pero, adicionalmente, se nota una crítica, mojigata, cobarde, y santurrona a la sociedad heterosexual. Pero, por qué será.

Vamos por partes; en el primer spot, tenemos a un zoquete que creció en un ambiente en el que predominaban los clichés  e influjos guerreristas, un zopenco que posiblemente tuvo como padres a una mezcla entre Rambo y Margaret Thatcher. Ah pero, interesantemente, a “la nena” la colocan en el pedestal de la inocencia; es decir, podríamos decir que los padres de la princesa parecen haber sido Ned y Magda Flanders. Nótese el descarado mensaje: hombre “bruto”, mujer “inocente”; hombre “malo”; mujer “buena”.

Vamos con el segundo spot; uno de mis favoritos; el "imbécil cavernícola". Primero partamos diciendo que en el video se generaliza e introduce en el mismo saco a todos los hombres heterosexuales, ¡atención eh!, a todos los hombres heterosexuales, porque resulta que los homosexuales no están incluidos por obvias razones. Fácilmente se puede observar los mensajes tachándonos de eternos machos en celo, concentrados exclusivamente en el apareamiento, noción que interesantemente coincide con el dogma religioso católico que contempla al sexo únicamente como una herramienta de reproducción. Pero la cosa va más allá, se nota como el mensaje critica una vez más la heterosexualidad, además que plantea situaciones extremas con el objeto de victimizar a la mujer. Obsérvese una vez más: cliché hombre “malo”, mujer “buena”, con el agregado, hombre “estúpido”, mujer “sofisticada”.

Y viene el tercer spot; las denuncias por violencia sexual. Pero, se han preguntado, ¿por qué se dan las violaciones sexuales? Una vez más culpen a los imbéciles heterosexuales en perenne celo. Damas y caballeros, escuchen bien, el problema de las violaciones  o violencia sexual radica principalmente en el tabú del tema sexual y en las barbaridades que las religiones han proclamado contra el sexo. Desde tiempos inmemoriales nos han dicho que el sexo es  malo, que tocarnos las “cositas” hace llorar al “niño Jesús”, que la auto-estimulación erótica, maliciosamente llamada “masturbación” es una perversión, que sentir placer es una degeneración propia de satánicos, que el acto sexual solo se justifica para procrear; y así hemos crecido, hombres y mujeres, ¡todos, sin excepción!, saturados de frustraciones, temores, miedos, desquites, complejos de culpa, desarrollando neurosis, psicosis, esquizofrenias, unas peores que otras. No es novedad, la mayoría de psicólogos y psiquiatras lo saben muy bien, pero, para los fascistas bolivarianos y sus aliadas feministas, el problema es de los machos en eterno celo. Una vez más, hombres “malos”, mujeres, “buenas”; hombres violadores, mujeres “violadas”.

Y finalmente el cuarto spot; la pobre mujer que espera al “macho” agresor, incapaz de protegerse del bruto que años atrás escogió para formar una dizque familia. La señora espera angustiada la llegada del marido que ni bien entra a la casa la agrede porque según las feministas es “machista”, es decir, es un imbécil prepotente que se considera superior a las mujeres porque tiene miembro viril. Bueno, quizá aquí en este caso cabría la definición, hombre “malo”, mujer “buena”; pero, surgen ciertas dudas. Primero, una vez más, escondidamente, subrepticiamente, como en los otros spots, se critica el concepto heterosexual. Pero, hay un aspecto que es fundamental en este asunto, una cuestión que a las mujeres, en especial no les gusta asumir, su responsabilidad. No estoy diciendo que la mujer tenga la culpa de que una bestia la agreda sin son ni ton; lo que digo es que la mujer sabía muy bien con la clase de bruto con el que se casaba, pero a pesar de todo, con el cuento de que podía cambiarlo terminó aceptando el paquete de porquería. Además, la mujer podía frenar los abusos, desde un principio, simplemente separándose del energúmeno al primer intento de agresión. Pero, y seguramente las feministas no van a estar de acuerdo conmigo, en mi opinión, las principales víctimas de esta violencia son los hijos procreados por el bruto y la ingenua. Aunque el video claramente coloca en segundo plano el sufrimiento de los niños. Pensar que ese escenario tan cruento, tan horrible sobre todo para un niño o niña, hubiese sido evitado si la señora el momento de ser piropeada por el imbécil simplemente lo hubiese ignorado, así como suelen ignorar las mujeres a los buenos hombres que tienen honrosas intenciones, pero poco dinero. En cualquier caso, una vez más esposa “mártir”, marido “verdugo”, hombres “malos”, mujeres “buenas”.

Una de las cosas que me gustaría saber es quién se inventó las definiciones negativas de los términos, “machista” y “machismo”. Probablemente los grupos feministas, gais, lesbianas, etc., etc., etc.
  
Permítanme dejar en claro un aspecto; Yo no voy a defender a la generalidad de hombres, es decir, este mundo está repleto de idiotas, pero, es importante aclarar y de esto deben estar convencidas las mujeres, no las feministas que difícilmente se bajarán de sus jacas de batalla, pero, si es importante que las mujeres entiendan que, si algunos hombres agreden cobardemente a sus mujeres, no es porque sean “hombres” o “machos”, sino, porque son unos malditos cobardes. El hecho de tener testículos además de falo, y de adorar sexual o amorosamente a la hembra de la especie no convierte al hombre heterosexual o “macho” en un ser despreciable y malo. Son sus degeneraciones psicóticas o sus decisiones malintencionadas las que pueden convertirlo en un personaje dañino, malvado y reprensible.

Considero que las feministas y ciertos grupos de homosexuales deberían terminar con esa campaña tendenciosa contra la heterosexualidad. Abrirse espacio jodiendo la vida a los demás no está bien. Ya Correa les dio las tramposas e injustas “discriminaciones positivas”, ¿qué más quieren?, ¿redefinir lo indefinible? El problema de la violencia social o familiar no pasa por incluir otras definiciones de familia, capciosas y ambiguas.

¿Qué han conseguido, los progres bolivarianos, con las millonarias campañas feministas, fuera de culparnos, a los hombres heterosexuales de todos los despelotes sucedidos a lo largo y ancho de este mundo? ¡Nada!, la violencia continúa latente en la sociedad, porque fundamentalmente no se atacan los problemas por sus causas: la ignorancia, la pobreza, los prejuicios de tradición, las  imposiciones sociales, las frustraciones sexuales, el complejo de culpa, etc.

No es cargando de culpas a un género y victimizando al otro que se solucionará la violencia social. Ni tampoco sectorizándola tramposamente. El problema es de la sociedad, en su conjunto, de hombres y mujeres. No nos olvidemos que los hombres no se crean por generación espontánea, ni tampoco las mujeres. Ambos sexos, compartimos responsabilidades por la sociedad injusta, necia y caótica que hemos construido. ¿Acaso los hombres no tienen, madres, esposas, hijas, hermanas, tías, y abuelas? Entonces, ¿por qué demonizar maliciosamente a los machos de la especie, por las estupideces y barbaridades propias de la condición humana? 
 
El otro día un seguidor del Fascismo bolivariano me decía, “tú solamente censuras al Gobierno, por qué no das soluciones”. Bueno, el progre, por lo menos reconoció que el Gobierno merece ser censurado por muchas arbitrariedades que ha cometido; pero respecto de las soluciones, Yo creo que lo primero que debería hacer Correa es abstenerse de incurrir en disparates como la burda  campaña “Reacciona Ecuador, “los hombres heterosexuales o machos humanos”, son violencia”, solamente dejando de gastar dinero en campañas millonarias que generan odios torpes, el Ecuador y la sociedad ganarían muchísimo.

¡Ah mujeres, buenas mujeres, si ustedes supieran el enorme poder con el que cuentan! Ustedes, mujeres, serían capaces de cambiar el mundo para bien. Olvídense de ese fiasco llamado Feminismo, que pretende aislarlas de su complemento ideal. Si tan solo tuvieran conciencia del poderío innato del que disponen. Ustedes harían de este mundo tan feral e injusto, un paraíso de bienestar y justicia. ¡Ah mujeres, si tan solo supieran usar correctamente dos simples palabras de una sola sílaba cada una! Dos simples expresiones, que usadas con prudencia y fortaleza, significarían, probablemente, el fin de la estupidez y la malicia. Si tan solo, mujeres, si tan solo, de esos labios hermosos y exuberantes, brotasen con sabiduría, dos certezas, “Sí” y “No”, que diferente sería este mundo. Mi respeto y cariño a las buenas mujeres del Ecuador y del mundo. 

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