Finalmente
los ecuatorianos conocemos la lista completa de los candidatos a la Presidencia
de la República; patriotas dizque desinteresados, herederos del Moisés bíblico,
dispuestos a sacrificar sus oblongos intereses personales, por el bien de la
Patria, o eso es lo que generalmente dicen, claro siempre durante la campaña electoral, porque, ya en el poder, se
vira la tortilla; ¿cierto?
Pues
sí, el Consejo Nacional Electoral aprobó el rol definitivo. ¿Quiénes son?; por
cuestiones de tiempo e importancia nombraré únicamente a los presidenciables,
así: Rafael Correa Delgado por “Alianza País”, Álvaro Noboa Pontón por el “Prian.”, Guillermo Lasso por “Creo.”, Lucio Gutiérrez
por “Sociedad Patriótica”, Nelson Zavala por el “Pre”., Norman Wright por “Ruptura
de los 25”, Mauricio Rodas por “Suma”, y
Alberto Acosta por la alianza “Movimiento Popular Democrático-Pachakutic”. Sin
duda 8 personajes que reúnen si no todas, ¡sí!, las principales características
de la connatural idiosincrasia ecuatoriana.
En
un video anterior, respecto de este mismo tema, señalaba que no me importaba,
quién ganase el premio mayor de la “Lotería electoral ecuatoriana”, entre otras
razones por las particularidades bochornosas que engloban el escenario
monopólico, ambiguo, amoral y descarado en el que se desarrolla el sainete
desvergonzado, y porque los actores políticos y las tendencias siguen siendo
exactamente las mismas, es decir, el pasado político ignominioso se ha
estancado en un presente idénticamente odioso; he ahí el conservadurismo
tradicional, y el típico socialismo, siempre acompañados de una dosis de
nacionalismo y populismo. Nada fuera del tópico politiquero. De ahí que, haya
decidido que, continuaré recurriendo a la opción digna, justiciera y liberadora
que ofrece el Voto Nulo. Sin embargo, en virtud del derecho que tengo a decir
lo que pienso sobre el proceso electoral que se viene, he decidido desarrollar
un análisis general respecto de los potenciales vencedores de esa ignominiosa
lid electoral.
A
ver; todos sabemos que el candidato con mayores posibilidades es Rafael Correa.
Ya en otro video señalé cuales eran los motivos de aquella popularidad, de
manera que no nos detengamos a considerar tal tema; simplemente está claro que Correa hasta principios de diciembre del
2012 lidera las encuestas. En segundo lugar estaría el banquero Guillermo
Lasso. En seguida, tercero, aparecería Lucio Gutiérrez. Peleándose cuarto lugar
estarían Álvaro Noboa y Alberto Acosta; sexto, Nelson Zavala; y finalmente, Mauricio
Rodas y Norman Wright disputándose el sétimo puesto.
Ahora
bien, dejemos de lado las encuestas tramposas y falsas, promocionadas
interesadamente por unos y otros candidatos; es manifiesto que, si les
preguntamos a los encuestadores de Correa, dirán que éste, tiene preferencias
del 70 y 80 %; en tanto que cualquiera de los otros candidatos se jactará de
que sus informes pagados lo colocan en un virtual empate técnico con el
caudillo de Alianza País. Falacias todas sin duda. Partamos más bien de datos
hipotéticos basados en las percepciones que resultan de palpar las intenciones,
afectos, y animadversiones que los diferentes candidatos generan en el
electorado; eso se consigue básicamente, escuchando la voz de la calle.
En
tal virtud, divaguemos y planteemos posibilidades; así, supongamos que, Correa
tiene una intención de voto de un 30 y 35 %; Lasso, un 15 a 20 %, lo mismo, Lucio
Gutiérrez; Noboa con un 10% al igual que Acosta; Zavala del “Pre.”, con un 3 o 4%;
en tanto Rodas y Wright, como es obvio, sin mayores posibilidades, compartiendo
un 1%. Los votos blancos 4%, dada la condición de los mismos
prorrateémoslos a los candidatos con
mayores opciones. Y finalmente el honroso Voto Nulo que generalmente en el
Ecuador abarca un 5 o 7%; al que haremos abstracción, porque quienes adoptan
esta opción para rechazar la corrupción del sistema generalmente se ratifican
en la misma cualquiera sea la encrucijada electoral planteada; por lo mismo
concentrémonos en los oficialmente llamados “votos válidos”. Analicemos las posibilidades
sobre este hipotético escenario.
Como
es bien sabido y si no lo sabían entérense, Rafael Correa ha venido haciendo
campaña desde que inició el Gobierno de Alianza País, 6 años atrás. Obviamente
su proselitismo se va a incrementar más todavía durante el período de campaña;
pero, el problema para Correa radica en que estaría por alcanzar su tope
máximo. No hay que olvidar que Correa ha sufrido muchas deserciones y repudios
de grupos políticos y movimientos sociales que fueron sus aliados y fortines claves
para su triunfo, 6 años atrás. Además está el desgaste político consecuencia de
la bravuconería constante de Correa, del fascismo burocrático de su gobierno, y
los actos de corrupción de muchos funcionarios gubernamentales que por cierto, han
intentado ser maquillados por la prensa afín a Correa y encubiertos por los
asambleístas gobiernistas, aspectos ofensivos que no han pasado desapercibidos.
Todos estos aspectos negativos han hecho que muchas personas que apoyaban a
Correa, ahora, le den la espalda o rechacen al líder del fascismo bolivariano.
Rafael
Correa, para ganar en las elecciones de febrero del 2013, necesita
conseguir la mayoría absoluta, es decir
el 51 % de los votos; o, alcanzar el 40% del total de votos y superar con 10
puntos al candidato que quede en segundo lugar. Cosa muy difícil, la primera
opción, es decir, que Correa llegue siquiera al 50%; porque como ya mencioné,
el desgaste sufrido es muy notorio. Aunque tampoco imposible, en cualquier caso
le va resultar muy dificultoso. De manera que la posibilidad de una segunda
vuelta parece inminente, salvo que se presente algún sospechoso contingente
ambiguo.
Ahora
bien, el peor escenario que se le puede presentar a la candidatura de Correa es
una segunda vuelta electoral. Si Correa no gana en primera vuelta, le será muy complicado
conseguir una victoria en la segunda vuelta. Como ya mencioné Correa ha estado
en permanente campaña electoral, y, a pesar de ese proselitismo, ha perdido
seguidores. Lo cual significa que aunque Correa intensifique su campaña durante
Enero, no logrará niveles de aceptación
contundentes. Un indicio que demostraría el temor, recelo o dudas de la
candidatura de Correa radica en los videos desarrollados por la Secretaria
Nacional de Comunicación y transmitidos por televisión nacional en los que se
recuerda el pasado vergonzoso de dos de sus principales rivales; campaña que
está prohibida por ley. Pero continuemos. La mayoría de quienes ya no votarán
por Correa, posiblemente lo harán ora por Lasso, ora por Gutiérrez, ora por Acosta,
ora por otro candidato. Hay que considerar que los rivales de Correa, no han
estado haciendo proselitismo directo, por lo mismo, dependiendo de la
efectividad de sus campañas, podrían subir 10, 15 puntos o más, ora
individualmente, ora en conjunto; con lo cual forzarían una segunda vuelta. Los
15 puntos que los candidatos rivales de Correa necesitan acumular para lograr
una segunda vuelta son la misma cantidad de puntos que Correa necesita
ansiosamente, pues de conseguirlos, la reelección estaría garantizada.
Como
mencioné si Rafael Correa no gana en la primera vuelta; estaría despidiéndose
de la presidencia, y más le valdría ir haciendo la reservación del boleto para
Bélgica, porque la segunda vuelta se le presentaría color de hormiga.
Analicemos. Si Correa no gana en primera vuelta significa que no logró alcanzar
el 51 %, o que superando el 40%, no logró la ventaja de más 10 puntos
porcentuales, e incluso que ni siquiera alcanzó el 40%. Volvamos a los
supuestos planteados, Lasso 20 o 25%, Gutiérrez 15 0 20%, Noboa 10 o 12 %, los
tres, candidatos del bando conservador; Acosta o Pachakutic, 10 a 12 %; y el
Pre., sin Abdalá Bucaram el 2 o 4%. Abstengámonos de dar nombres, y digamos que
el candidato del conservadurismo tradicionalista que llegue a segunda vuelta,
será apoyado por los otros candidatos conservadores; tan evidente es este hecho,
como que, el electorado de Lasso, Gutiérrez o Noboa no votará, ni votaría por Correa.
Entonces sumemos: 22% L+ 15% G+ 10%N= 47% a favor de la tendencia conservadora
tradicionalista. Además está el Pre., con su 2 o 4% que posiblemente apoyaría
al candidato rival de Correa, aunque
tratándose del Pre., nada está dicho. Entonces tenemos al conservadurismo con
un 47% mínimo. Si añades a ese panorama, a Pachakutic, con 10 o 15%, entonces
tenemos a un Correa que se quedaría con un 37 o 39 %. Es decir, Pachakutic, que tiene
como candidato a Alberto Acosta, de darse una segunda vuelta, podría definir la
suerte del futuro presidente ecuatoriano.
Pero,
¿a quién apoyaría Pachakutic? La animadversión que los principales cuadros de
Pachakutic sienten por Correa es evidente, pero tampoco se sienten
identificados con Lasso, Gutiérrez, o Noboa. Resulta incierto predecir, cuál
sería la decisión de Pachakutic, claro, siempre considerando el hipotético
escenario. Sin embargo, las persecuciones de que han sido víctimas muchos de
los líderes de ese movimiento político durante el gobierno de Correa podrían
terminar siendo decisivas. Además, las continuas peleas verbales de Correa con
algunos de los líderes indígenas podrían influir en las decisiones finales de
aquel grupo. La costumbre de Correa de pelearse con todos y por todo, podría
terminar costándole la reelección presidencial.
A
ver; Pachakutic, podría apoyar a Correa, pero, también podría votar por el
candidato conservador. Pero, ¿qué es, lo
que más le conviene a Pachakutic? ¿Votar por el candidato del conservadurismo
tradicionalista, o votar por el candidato del fascismo bolivariano? Claro, también
está la posibilidad de no apoyar a ningún candidato, por lo menos no
oficialmente. Sin duda, un dilema difícil de prever. Sin embargo, Pachakutic,
seguramente, considerará su futuro en la Asamblea. Entonces, ¿qué le es más
propicio, Correa, o un presidente nuevo? Rafael Correa se ha mostrado como un
político manipulador, maquiavélico, prepotente, y sin duda ese mismo estilo se
mantendrá de ser reelegido; aunque, los otros candidatos no se caracterizan por
ser modelos confiables y respetables, después de todo representan las mismas
viejas tendencias solo que con marcas y denominaciones nuevas.
Está
claro que, gane quien gane, Pachakutic, hará oposición al próximo gobierno.
Entonces, debería darle lo mismo que gane Correa o gane el otro candidato.
Pero, no necesariamente es así. No hay que olvidar que durante su Gobierno,
Correa ha conseguido colocar en los niveles directivos de las otras funciones
del Estado a personajes que le son incondicionales; esa realidad, seguramente
no será soslayada por los líderes del movimiento indígena; es obvio que, si
Correa vuelve a ganar, todas aquellas autoridades que se encuentran enquistadas
en entes como Contraloría, Fiscalía y Cortes Judiciales, Consejo Electoral, Consejo
de Participación Ciudadana y Control Social, serán ratificadas, pero, si Correa
pierde, todos aquellos funcionarios caerán como piezas de dominó, uno tras de otro. Además hay otro asunto, el discurso de Correa
es muy similar al de Pachakutic, pero, opuesto al de los candidatos
conservadores; lo cual, en este caso, no significa que sea un punto de unión, más
bien todo lo contrario; es mucho más fácil hacer oposición a un gobierno
descaradamente conservador, que a un gobierno fascista pintado de socialista y
guevarista.
Mas,
una cosa está más que patente, al final, si se da un evento como el planteado,
serán los intereses de grupo los que terminen imponiéndose, ¿a favor de qué
lado?................ ¡quién lo sabe, quién lo sabe!....... El Pueblo que
supuestamente elige, ciertamente no.