domingo, 7 de abril de 2013

César Millán y el incidente con el perro labrador.





Hace como, dos meses, a través de la red me enteré de un video en el que, el mundialmente famoso César Millán, conocido como “el encantador de perros” era mordido por un perro labrador. El hecho se había desarrollado muchos meses atrás, quizá incluso más de un año. Busqué el video en la comunidad Youtube, y lo dejé correr. Luego de mirar el incidente un par de veces tuve claro el asunto. En un primer momento se me ocurrió hacer un video para expresar mi opinión pero, en esos momentos no estaba de humor, de modo que me limité a escribir mi ponencia en la sección comentarios de aquel video. Pero, en vista de que, desde la época a la fecha no he visto ni un solo video en Youtube en el que se plantee un punto de vista diferente al señalado en la totalidad de videos, es decir, que el perro “malo” atacó a César Millán, decidí exponer mi punto de vista al respecto.

Comienzo diciendo que en mi opinión César  Millán es una persona que sabe bastante de psicología canina. Ciertamente es un empírico que se ha auto-educado, no un especialista graduado, con lo cual no pretendo, ni darle, ni quitarle nada. Pero, si bien es evidente que conoce de psicología canina, no necesariamente es el non plus ultra, o el dueño de la verdad, como es obvio en un tema tan complejo como la conducta animal, en este caso del perro.

En más de una oportunidad he visto su programa y en ocasiones me he quedado sorprendido por la forma tan simple en que ha solucionado problemas que para los dueños de los perros parecían complejos, pero, en otras no he podido menos que rechazar la forma aleve de algunas de sus tácticas de sumisión y docilidad. La utilización de golpes con los pies que fácilmente se confunden con patadas, los famosos “toques” sorpresivos y violentos en el cuello del animal, e incluso en ocasiones el collar de ahogo y el de choques eléctricos son ejemplos de técnicas erradas y violentas que en mi opinión deberían ser reconsideradas por César.

El encuentro desafortunado con el albo labrador, es uno más de los incidentes en los que César Millán ha salido mal librado debido a las técnicas absurdas que usa; de hecho en algunos de sus programas observé como una enfadada pitbull marrón harta de las presiones que recibía terminó reaccionando contra el entrenador. Pero, antes de continuar analicemos el video del  llamado “ataque del temible labrador”. (Ver video)

El problema aparentemente pasa porque el “chino”, dueño del perro, deseaba que su animal no le gruña cada vez que se acercaba a fastidiarlo mientras éste, estaba comiendo. Pero, aclaremos algo, existe una norma general que se debe respetar, cuando un perro está comiendo su alimento, no se lo debe molestar. Pregunto, ¿a quién le gusta que lo fastidien mientras está comiendo?; ¿por qué el perro debe ser una excepción? Lo increíble es que César que conoce de psicología canina omite esta norma básica, y la emprende contra el animal, cuando lo lógico habría sido que le explique al “chino”, que no debe fastidiar a su perro, mientras esté comiendo, ni nunca.

La mayoría de titulares en los videos de Youtube dicen “César Millán es atacado por perro”; pero veamos, quién realmente inicia las hostilidades. César, coloca un plato con alimento junto al perro, el animal nerviosamente se acerca a la comida y lentamente empieza a comer; pero, de repente, César lo golpea en el cuello, es decir lo ataca, claro que César suele decir que solamente lo “toca”, para crear una reacción en el cerebro, que genere una posterior conducta sumisa. Pero, alguien debe explicarle a César que el perro es un animal que actúa sobre la base de sus instintos, es decir, cuando el perro es golpeado o “tocado” sorpresivamente en el cuello, el animal, probablemente, o escapará, o reaccionará defendiéndose, que es lo que hizo el labrador, reaccionar ante el toque agresor de César; que acostumbrado a ese tipo tácticas, a pesar de ser rechazado, continuó en su papel agresor, siendo cada vez, repelido por el instinto de defensa del perro. Ahora bien, en principio, César deja tranquilo al perro, que empieza a tranquilizarse, pero, pecando de un exceso de confianza, alarga la mano, y el perro, que seguramente se imaginó sería nuevamente atacado responde y muerde la mano de César, obligándolo a reaccionar, también, instintivamente. Luego, posiblemente herido en su ego de “encantador de perros”, César comete un error, buscar camorra al perro, o más bien conseguir humillarlo, o subordinarlo. Nótese como César emula a un torero, que confronta al temeroso toro, que lo menos que quiere es pelea, sino, simplemente, que lo dejen tranquilo. Finalmente, César se retira quizá porque el buen juicio lo invitó a aquello, o tal vez por el dolor de las heridas ocasionadas; mientras el “chino”, le ofrece disculpas por la reacción natural del albino labrador.

Aclaremos algo, el concepto del “macho alfa” está bien, si se lo entiende sabiamente, por lo mismo no debemos olvidar que una cosa es la vida social de una  manada de lobos libres en la estepa, o el comportamiento de los perros salvajes africanos, y otra muy diferente la conducta natural del perro doméstico. César en ocasiones adopta técnicas propias del “macho alfa” en vida salvaje, pero se olvida que, él, no es un perro, sino, un ser humano. No cuestiono que el dueño debe ser el líder alfa, y por lo tanto debe establecer límites pero, los lindes deben ser planteados sensata e inteligentemente, sin necesidad de recurrir a la violencia, eso implica que el dueño del perro debe ser paciente, comprensivo y tolerante.
    
Como señalé anteriormente, ¿a quién le gusta que le “toquen” toscamente mientras está comiendo? Imagínense que están comiendo su plato predilecto y de repente alguien viene y los agrede, ¿cómo reaccionarían? “¡Ah Pablo, pero cómo nos vas a comparar con un perro!”    
Saben, el perro,  debe ser uno de los animales más respetados por el hombre sensato, pero también es uno de los animales que más ha sido maltratado a lo largo de su relación histórica con la humanidad.

En mi criterio los perros son animales nobles, el ideal de lealtad, amistad y cariño. Por lo mismo, quienes no entienden conceptos como respeto, lealtad y amistad, deberían abstenerse de comprar y tener un perro.

Quienes se sienten molestos porque su perro ladra cada vez que alguien toca a la puerta, o, aquellos que ven al perro como una mascota a la que se pueda manosear indolentemente de manera impune, un payaso al que se puede enseñar trucos para que los haga reír frenéticamente, un símbolo de grotesca ostentación y tonta vanidad, o un animal sumiso, tímido y dócil que aguante todo, esas personas, más bien deberían comprarse un pez payaso, un hámster; o mejor, un muñeco de Snoopy, ciertamente, sería menos traumático para todos.

Concuerdo con César cuando dice que, él, educa a la gente para rehabilitar perros, eso es lo correcto. Por lo mismo, el tratamiento en el caso del labrador albino debió haber sido para el “chino”, mas no, para el perro. Los perros son el reflejo de sus dueños, así, un perro manso y tranquilo es la consecuencia de un dueño sensato e inteligente; pero, detrás de un perro agresivo está generalmente un idiota.

Conozco a César Millán por su programa de televisión, parece un buen tipo, sin duda debe haber ayudado a muchos perros y personas. La intención de este video no es generar polémica, sino generar conciencia, en el sentido de que, por muy “encantador de perros” que sea, César no es el dueño de la verdad. Espero que la gente que mire el video del incidente lo haga objetivamente dejando de lado cualquier tipo de prejuicio. Dejemos en claro que lo que realmente importa es que la buena relación entre perros y humanos se fortalezca, de manera que unos y otros salgan ganando. 

                

1 comentario:

  1. Diógenes el Cínico, o Diógenes de Sinope, o Diógenes el Perro; famoso filósofo, - cuenta la história - solía caminar por las calles con una linterna encendida a plena luz del día, en tanto decía: "busco un hombre honesto". Pues bien, Diógenes que conocía muy bien la condición humana, así como también la calidad del perro, en alguna oportunidad señaló inteligentemente la siguiente sentencia: "Cuanto más conozco a la gente más quiero a mi perro".
    Sin duda Diógenes sabía lo que decía.

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