Que las opiniones impresas en este blog y narradas en las diferentes
herramientas virtuales de las que se valió su titular, sirvan como un archivo
histórico, de un momento, de una realidad, de un concurso de circunstancias, de
un sofisma, de una o varias hipótesis. La percepción de un individuo motivada
por el deseo de ser, en un mundo que es la esencia de la nada. La inocente esperanza
ante la búsqueda por trascender las falsas ilusiones impuestas por los
creadores del sistema y sus descendientes más populares y avezados. Internet
es la nada detrás de la nada. La cruda y descarnada verdad del ser humano; la
desnudez de sus mentiras sicalípticas. La notoria decadencia de la humanidad.
Lo miserable más allá de la miseria. Lo mustio en su languidez. La laxitud de
la únicamente humana amoralidad. La manifestación desvergonzada de los temores
del hombre mediocre que se esconde detrás de sus apodos y claves para vociferar
sus miedos más recónditos. Internet no existe, solo es un tecnológico
imaginario, un espejismo virtual con el que se manipula a los rebaños de
bestias y a los enjambres de insectos. La verdad está, allá, afuera, en el
mundo real, en el mundo del hombre, en sus magníficas creaciones, pero también
en sus demenciales genocidios. Internet en su generalidad es y será por siempre
un gigantesco e inmundo lupanar con careta de enorme biblioteca de información,
donde el 99.999% de la misma, es básicamente basura, un inmenso basurero de
sórdidas pasiones e intereses abyectos, codiciosamente comercializados;
con una excepción, un 0.001%, de supuestos discutibles e inocentes
desvaríos, que quizá merezcan ser considerados y analizados, si así, finalmente
lo decidimos. Panacea, para nada, solo un invento tosco y turbio más del ser
humano en su intento por vanagloriase de su cuestionable intelecto. Porque,
después de todo, como alguien dijo alguna vez: vanidad de vanidades, todo es
vanidad.
jueves, 31 de enero de 2013
domingo, 27 de enero de 2013
El lenguaje "patriótico" de los seguidores del "Socialismo del siglo 21".
No sé si
se abran o no dado cuenta, pero, desde unos días atrás, decidí quitar la opción comentarios
de mi canal en Youtube. Verán, Yo creo
en la Libertad de expresión; pero considero que una cosa es respetar el derecho
de las personas a expresar una opinión libre, y otra cosa muy diferente, es
permitir que algún baladrón vocifere groserías, bascosidades e injurias impunemente.
Hasta hace
días, Yo, era del criterio que: era preferible tolerar las injurias intrascendentes
de un vulgar bribón antes que limitar en un miligramo la Libertad de Expresión.
Hoy, considero que ni se debe limitar la Libertad de Expresión; y tampoco;
tolerar la verborrea abyecta del infame injuriador.
Hace unas semanas
escribí un post en el blog, y subí un video al canal que titulaba: “Insultos,foros, censura y Correa”. En ese comentario señalaba la hipocresía de Rafael
Correa cuando se quejaba y gemía por los insultos que recibía en algunos foros
de internet, pero como, mojigatamente, justificaba con su silencio las
groserías, infamias, injurias, amenazas y bravuconadas que sus fieles
aduladores bufaban en varias comunidades y foros de internet contra todos
quienes criticaban, ora al Gobierno de la Involución Ciudadana, ora al locuaz
líder del fascismo bolivariano capítulo Ecuador, ora a sus serviles corifeos.
Desde años
atrás me había dado cuenta que los foros y las comunidades de internet, en
términos de libertad de expresión, son una farsa, de ahí que haya renunciado a
intervenir en twitter por ejemplo. Sin embargo, en virtud de la sentencia “es
preferible tolerar las bribonerías de un necio antes que censurar al sensato”,
decidí dejar abierta la opción comentarios del canal en Youtube: “El Oráculo de
Pablo Daniel”.
De esa
manera por el lapso de casi un año escribí en mi blog y subí videos al canal, absteniéndome
de revisar las intervenciones de quienes usaban la opción “comentar” de Youtube.
Mas, hace una semana mientras digitaba el nombre de mi blog, en la lista de
direcciones vinculadas, apareció una opción en la que sobresalía escandalosamente
un montón de groserías propias de gente nacida en los estratos más ruines de
una sociedad decadente. Sorprendido, di clic a la opción y apareció la lista completa
de “comentarios” dirigidos a uno de mis videos. Por un efímero momento me quedé
apenas absorto por la cantidad de verborrea infamante, calumniosa y obscena, con
la que una pandilla de miserables morbosos habían ensuciado aquella opción;
aunque casi de inmediato recordé la vil condición humana del mediocre. Entonces
empecé a revisar cada video y constaté que los insultos se limitaban a los
videos en los que se criticaba los abusos de poder del Gobierno de Rafael
Correa; exclusivamente aquellos que guardaban relación con las críticas al Fascismo
Bolivariano del siglo 21. Increíblemente, de alrededor de 400 o 500 comentarios,
apenas 4 o 5 estaban redactados en términos propios de personas honradas y civilizadas;
lo demás, no pasaba de verborreas ignominiosas, deyecciones calenturientas e incontinencias
verbales unas más sórdidas que otras; que, en no pocos casos, contenían la
firma final: ¡Viva Correa!
Francamente
constatar la calidad del ecuatoriano mediocre da vergüenza ajena. Espeluzna
hasta cierto punto la idiosincrasia odiosa de ciertos segmentos sociales. Ante
tanta bestialidad uno tiene derecho a preguntar: ¿Qué sucede con la familia
ecuatoriana? ¿Qué se enseña en escuelas, colegios y universidades, públicos y
privados, laicos y religiosos? ¿De dónde salieron estos angelitos que
despotrican “amor al prójimo”? ¡Y pensar que estos son el futuro de la Patria! Si
es así, pobre País, pobre Nación, pobre Ecuador.
Hay un adagio
que dice: “La sinrazón de la razón es la violencia”. Cuando se vive en una
sociedad en la que los comentarios y opiniones de una persona basados en
pruebas, verdades o apreciaciones veraces de la realidad, son respondidos con
ofensas, injurias y groserías por recuas de salvajes cuya única consigna es
defender incondicionalmente al temible tiranuelo de turno en el poder,
fácilmente se puede concluir que algo no funciona bien en esa sociedad. Cuando
una persona recurre a la bestialidad amoral ante su incapacidad de argumentar
una idea razonable, pues estamos frente a un personaje estólido, alienado y amargado.
El asunto es en verdad muy simple y no admite complejidades. Si estoy equivocado
en mis opiniones y comentarios, entonces, que se lo diga, que se exprese
civilizada y razonadamente en qué estoy equivocado y cuál es la verdad. Pero,
si tengo la razón, entonces, ¿por qué el insulto y la grosería?
Sinceramente,
me importan un comino las babosadas de un grupillo de patanes, pero no por
aquello voy a permitir que aquellos
remedos de seres humanos utilicen mi propio canal para injuriarme impunemente. ¡No
en mi canal! Al cerrar la opción comentarios no estoy censurando a nadie, más
bien estoy ejerciendo un derecho, por un lado rechazar las expresiones nauseabundas
y malintencionadas de gentezuela asalariada, por otro, crear un ambiente
agradable, y además, proteger a las personas civilizadas que frecuenten mi
canal. Debo recordar que a través de mi blog y mi canal ejerzo mi derecho a
expresar mis opiniones libremente. Cualquier persona puede abrir gratuitamente
un blog o un canal en alguna comunidad de videos, desde donde dejar expresa su
opinión sobre el tema que le venga en gana. Los viles injuriadores y aduladores
del Gobierno de la Involución Ciudadana pueden recurrir a los múltiples foros
de los medios oficialistas desde donde podrán descargar todo su odio y venganza
contra tirios y troyanos, contra herejes y curuchupas.
Al repudiar
los afectos trastornados y enfermizos de los progres del fascismo bolivariano,
negándoles concluyentemente la posibilidad de ofender, lo que se consigue es rechazar
las campañas malintencionadas de gente sin escrúpulos, azuzadas por el
maquiavelismo demencial de un grupo de personajes desquiciados, embrutecidos
por sus ansias del poder público.
Quiera el buen
Hado que las circunstancias y condiciones ignominiosas que maculan y degeneran
a parte de la sociedad ecuatoriana finalmente cedan y den paso a un futuro de
sensatez y sabiduría donde prime el respeto, la tolerancia, la prosperidad y la
justicia.
sábado, 5 de enero de 2013
La "meritocracia" en el Ecuador del fascismo del siglo 21.
Una de las
características más sórdidas, ridículas y pomposas del Gobierno de la
Involución Ciudadana de Rafael Correa es, sin dudas, la utilización recurrente
que los fascistas bolivarianos hacen de ciertas expresiones demagógicas,
amaneradas, rebuscadas, patrioteras y rimbombantes con los cuales los corifeos
y gamonales del fascismo del siglo 21 pretenden hacerse pasar por honestos e intelectuales;
así por ejemplo, expresiones y frases como, “imaginario colectivo”, “revolución
ciudadana”, “insumos jurídicos”, “el País ya es de todos”, “nunca olvidar”,
etc., se han constituido en marca patentada de la mafia de Alianza País. En
medio de estos clichés demagógicos aparece una palabra, que, por las
connotaciones corrompidas y realidades funestas que se han desarrollado en
torno a la misma, ocupa un sitial ciertamente deshonroso; esa expresión es
“meritocracia”.
En el
Gobierno de Rafael Correa con bombos y platillos fascistas se inauguró la
“meritocracia” versión Alianza País, que no es sino una engañosa reinvención del agua tibia; una forma
tramposa, mentirosa, y beata de redefinir al sucio, asqueroso y corrupto
tráfico de influencias politicastro. A través del fascista Consejo de
Participación Ciudadano y Control Social, ente creado por la Constitución de
Montecristi encargado de seleccionar a los principales funcionarios de algunos
de los entes funcionales más importantes del Estado, se consiguió crear una estructura burocrática
totalitaria que actualmente le sirve al Gobierno de Correa para imponer a sus
corifeos, sátrapas y cortesanos en aquellas instituciones públicas.
Con el
cuento demagógico de que se iba a escoger a los mejores ecuatorianos, los
sátrapas de Correa enquistados en el fascista Consejo de Participación
Ciudadana y Control Social, redactaron una serie de requisitos tramposos,
ambiguos y taimados, a los que tacharon de
“méritos”, entre los cuales sobresalían descaradamente las denominadas
“discriminaciones positivas”, por cierto otra expresión vernácula de la mafia
de Alianza País.
Con la
imposición de reglamentaciones arteras, falaces, turbias y sectarias, los
fascistas bolivarianos, consolidaron la “meritocracia correana” y designaron
para los diferentes cargos públicos a
personajes vinculados directamente con el Gobierno de la Involución Ciudadana.
En medio de repugnantes discriminaciones positivas, engañosa experiencia en la inepta y corrupta burocracia pública, dilatada carrera burocrática gracias al vil tráfico de influencias politiqueras, supuesta experiencia académica en un sistema educativo mediocre y totalitario, y un sistema de valoración y selección descaradamente abyecto, se destrozaron garantías individuales, se violaron derechos humanos y se consolidó un sistema ruin, rapaz y absolutista.
En medio de repugnantes discriminaciones positivas, engañosa experiencia en la inepta y corrupta burocracia pública, dilatada carrera burocrática gracias al vil tráfico de influencias politiqueras, supuesta experiencia académica en un sistema educativo mediocre y totalitario, y un sistema de valoración y selección descaradamente abyecto, se destrozaron garantías individuales, se violaron derechos humanos y se consolidó un sistema ruin, rapaz y absolutista.
Los seudo
intelectuales del gobierno de la Involución Ciudadana, burócratas del nuevo
orden, nos dicen que para ocupar determinados cargos públicos es menester tener
título de cuarto nivel, y Yo les digo que en el Ecuador del siglo 21, obtener
el título de cuarto nivel, es un asunto de comercio. En el Ecuador del fascismo
del siglo 21 el título de cuarto nivel se compra y se vende, todo es cuestión
de negociar. De ahí que no debería sorprendernos observar a verdaderos
imbéciles ostentando el título de Ph.D., o especialistas en “todo y algo más”.
Lo grosero e
inmoral es que, mientras al ecuatoriano común,
se le exige requisitos disparatados, a los serviles y alcahuetes del
fascismo bolivariano se les exime de dichos requisitos, e incluso se les
encubre sus falencias con tal de que tales personajes puedan desempeñar
elevados cargos públicos, ahí tenemos por ejemplo el caso del falsificador Pedro
Delgado, falsamente etiquetado de economista, ex gerente del Banco Central
durante el Gobierno de la Involución Ciudadana; ah y por cierto, primo del
camarada Rafael Camarada dizque impoluto líder del socialismo del siglo 21.
Días atrás
en un medio de comunicación un asambleísta de la oposición denunció el caso de
los títulos profesionales de los hermanos Alvarado, miembros del círculo
cerrado del Gobierno de Alianza País. Hecho esclarecedor de la condición moral
de aquellos personajes. (Ver video). Hay un adagio popular que dice, “mientras más
curuchupas más pecadores”, este aforismo parece calzarle perfectamente a muchos
de los corifeos del Gobierno de Rafael Correa. Mientras, con su “meritocracia
correana” santurrona y corrupta, limitan, restringen, cohíben, impiden y
obstaculizan de manera que las personas honradas no puedan participar en la
vida pública, en cambio, cuando de dejar hacer y dejar pasar sus venialidades
ridículas y groseras inmoralidades son extremadamente gentiles y livianos. ¡Qué
irónico, eh, los falsificadores y comercializadores de títulos universitarios
exigiendo a los demás títulos de cuarto nivel!
En alguna
ocasión se me cruzó por la mente la posibilidad de presentarme a uno de los
concursos organizados por la burocracia del Consejo de Control Social, pero
enseguida desistí de la opción, por obvias razones, es decir, participar en un
concurso donde todo, absolutamente todo está amañado, simplemente, no tiene
sentido. A ver, en mi caso, la realidad es muy descriptiva, Yo tengo, mi título
universitario, mi título profesional, que me costó 17 años en escuela, colegio
y universidad, públicos (no privados ni religiosos como en el caso del fascista
lasallano y alfarista); tengo mi cédula de ciudadanía ecuatoriana, nativo
ibarreño; tengo mi modesta experiencia en al ámbito de la microempresa privada;
y tengo la opinión favorable de un pequeño pero respetable grupo de personas
que me conocen; esa hoja de vida profesional, mi currículum, que en una utópica
sociedad racional y decente, o en un sistema político sensato, me permitiría
acceder a un cargo público sin mayores complicaciones; pero, en el Ecuador del
fascismo bolivariano del siglo 21, esa posibilidad, se vuelve imposible,
gracias a la “meritocracia correana”.
Lo cierto es
que en el Ecuador del fascismo bolivariano del siglo 21 los ecuatorianos somos
iguales, aunque algunos ecuatorianos son más iguales que otros, parafraseando a
Orwell. La realidad es que en el Gobierno de la Involución Ciudadana, sus
incondicionales regordetes burgueses y pipones burócratas vociferan
libertinamente en los bacanales itinerantes: “lo mío es mío y lo tuyo es mío”. La
verdad es que con la “Revolución Ciudadana de los Patiño, Alvarado y Correa”,
todo ha cambiado pero para que nada cambie. Porque en la dictadura
constitucional del fascismo bolivariano los ciudadanos, los civiles, son la
última rueda del coche, el último eslabón de la cadena. Porque la
“meritocracia” en sistemas políticos corrompidos simplemente representa el
triunfo de lo peor de una sociedad mediocre y estulta.
¡Y pensar
que el camarada Correa y sus corifeos, aspiran a la reelección, mira que hay
que ser sinvergüenzas!
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